Aguas azul turquesa, arenas blancas y… una de las mejores ofertas de ocio nocturno del planeta. Ésta es la imagen que Ibiza proyecta al mundo y lo que la ha hecho mundialmente conocida, pero esto es sólo una pequeña parte de lo que se puede hacer en esta isla del Mediterráneo. Y este verano es el momento de descubrirlo, ya que la isla de la fiesta ha tenido que reinventarse a causa de la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19, de forma que muestra su cara más tranquila y familiar este año. Además, hay que añadir la escasa incidencia que el coronavirus ha tenido en ella.
En sus 210 kilómetros de costa es posible encontrar un rincón perfecto para desconectar, divertirse con amigos, familia o en pareja, o practicar tu deporte favorito, bien sea en playas en las que es posible sentir el ambiente de Ibiza, como Ses Salines, o en calas más recogidas como Platges de Comte. Sin olvidar lugares de gran belleza y carga esotérica como Es Vedrà. Con ese aire chic a la par que despreocupado, herencia de los hippies que se instalaron en los paisajes rurales todavía intactos del centro de la isla, es un destino privilegiado que vale la pena redescubrir.
Aparte de sol y playa, el rincón balear cuenta con una de las ofertas turísticas más variadas de todo el Mediterráneo. Los amantes del deporte acuático, por ejemplo, pueden encontrar mil lugares en los que practicar kayak, snorkel, windsuf, pádel surf o submarinismo.
Vista de la capital de la isla.TURISMO DE IBIZA
Fuera del mar, gracias a un paisaje único que combina mar y montaña y a un clima ideal durante la mayor parte del año, se pueden hacer una gran variedad de actividades para el cuidado del cuerpo y la mente como paseos en bici o senderismo. La oferta deportiva la completan ocho eventos profesionales que se declararon Pruebas de Interés Turístico Insular recientemente, entre ellos destacan la Ibiza Marathon, la Ibiza Half Triathlon y la Ruta de la Sal.
Pero, además de ser conocida por el ocio, la isla también destaca por su oferta cultural. Su casco antiguo es, desde 1999, Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco. La disposición amurallada de la ciudad le da un atractivo estético que se encuentra difícilmente en otros lugares. La fortaleza rodea la zona más elevada de la capital de la isla y se extiende por una superficie de 10 hectáreas. Las murallas poseen cinco entradas, la más espectacular, el Portal de Ses Taules, y acoge importantes instalaciones culturales como el Museo de Arte Contemporáneo, el Museo Puget y el Museo Diocesano, situado al lado de la Catedral, que corona la ciudad amurallada.
Actividades en familia dentro de la isla.TURISMO DE IBIZA
Y, cómo no, Ibiza permite degustar la gastronomía balear. Desde pequeños establecimientos de playa, donde degustar el mejor pescado fresco del Mediterráneo, hasta restaurantes con recomendaciones de las mejores guías del mundo donde probar recetas tradicionales conjugadas con técnicas de vanguardia, la isla ofrece un amplio abanico de productos de la tierra, la ganadería y el mar.
A pesar de que la gran mayoría de clubes cerrarán sus puertas este verano a causa del coronavirus, el ocio nocturno seguirá vivo. A falta de discotecas, muchos establecimientos podrán mostrar una gran oferta de ocio: sesiones de chill-out al atardecer en un enclave privilegiado como es Sant Antoni, cenas con espectáculo en alguno de los muchos cabarets o simplemente el encanto de un pequeño establecimiento a los pies de la playa donde poder tomar un cóctel mientras la música suave se mezcla con el sonido del mar.
Ese aire de libertad que se respira en la isla desde inicios del siglo XX también ha provocado que se haya convertido en un lugar de referencia para el turismo LGTBI. Desde establecimientos de temática gay, en los que se acoge a todo el mundo, sea o no público objetivo, hasta la famosa Calle de la Virgen, que cada noche se convierte en un auténtico espectáculo fiel reflejo de la noche ibicenca que se ha mantenido vigente durante décadas, con algunos de los bares más animados de la zona.
En definitiva, que la isla se reinventa para atraer cumplir las expectativas de todo tipo de viajeros en el verano más atípico: en un mismo día se pueden visitar las mejores playas o hacer senderismo por la montaña, pero también disfrutar de su oferta turística, cultural, gastronómica y de ocio.