Israel, aún marcado por más de un millar de nuevos contagios diarios de coronavirus y que cierra sus fronteras a los extranjeros, alcanzó este jueves un pacto con Grecia para enviar turistas a ese país, antes de su largo periodo vacacional en septiembre y octubre.
El compromiso, alcanzado en Jerusalén entre los dos titulares de Exteriores, el israelí Gabi Ashkenazi y el griego Nikos Dendias, permitirá que 600 israelíes viajen cada semana a Grecia sin someterse a la cuarentena.
Aunque los turistas israelíes evitarán tener que estar dos semanas en aislamiento -que en la práctica hace que el destino no sea de interés para los viajeros- tendrán restringidos sus movimientos a lugares «aún por determinar», dijo a Efe una portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores.
Según medios locales, se trata de las dos grandes ciudades del país, Atenas y Tesalónica, y las islas de Corfú y Creta, donde los turistas israelíes podrán moverse con libertad, aunque tendrán que demostrar que no son positivos de COVID-19 mediante la realización de un test al llegar, y se les practicará otro al regresar.
Aunque no se ha anunciado la fecha en que se podrá viajar, se prevé que sea próximamente, sobre todo teniendo en cuenta que septiembre y octubre son periodos con amplias vacaciones para los israelíes, con las celebraciones del Año Nuevo judío (Rosh Hashaná) y Sucot o los Tabernáculos, y el Yom Kipur.
Según informó Exteriores, el acuerdo no incluye reciprocidad y, por el momento, no se permitirá la entrada de turistas griegos a Israel.
Israel no está por ahora en la lista de países a los que la Unión Europea permite el libre acceso y sus cifras de contagios se mantienen altas: en julio alcanzó los 2,000 diarios y, aunque se han moderado, sigue superando ampliamente el millar de nuevos positivos por día.
El país busca crear corredores turísticos con otros y, según la radio pública Kan, podría alcanzar pronto acuerdos similares a este con Bulgaria, Croacia, Montenegro o Chipre.
Desde marzo, Israel veta la entrada de turistas por las restricciones por el coronavirus, lo que ha reducido al mínimo los vuelos al aeropuerto internacional Ben Gurión (en las proximidades de Tel Aviv) y la llegada de extranjeros.