Las construcción de espectacular Hotel Emirates Palace costó cerca de 3 mil millones de dólares. (mandarinoriental)
Confirmado. Finalmente, el rey emérito Juan Carlos no optó, por ahora, por el Caribe, como refugio tras su salida de España sino que prefirió las costas del Golfo Pérsico. La Casa Real española confirmó que desde el 3 de agosto, cuando se conoció su decisión de abandonar su país mientras avanzan las investigaciones sobre maniobras financieras y lavado de dinero en su círculo más cercano, se encuentra en los Emiratos Árabes Unidos.
Don Juan Carlos tiene una extensa red de contactos entre los jeques y monarcas árabes. De hecho, allí se originan parte de sus últimos problemas con la Justicia. En junio, el Tribunal Supremo de España abrió una investigación preliminar sobre la participación de Juan Carlos en un contrato de ferrocarril de alta velocidad en Arabia Saudita, después de que el periódico suizo La Tribune de Geneve informara que había recibido 100 millones de dólares del difunto rey saudí. Suiza también ha abierto una investigación.
El rey emérito mantiene una fluida relación con el jeque Jalifa bin Zayed bin Sultan Al Nahayan, el actual mandario de los Emiratos Árabes. Suele viajar a esas costas una vez al año, donde es agasajado con los lujos y excesos típicos de las monarcas del Golfo, a resguardo de la mirada de la prensa europea y sus connacionales españoles.
En Abu Dhabi, la capital de los Emiratos, Juan Carlos había estado por última vez en 2018, cuando presenció el gran premio de Fórmula 1. En el VIP en lo más alto de la de la Sun Tower fue fotografiado con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, que por aquel entonces estaba en pleno ascenso a su actual lugar como hombre fuerte del reino saudita tras el trono.
El monarca emiratí siempre le tiene preparada una de las exclusivas suites del Emirates Palace, propiedad del reino, y uno de los hoteles más lujosos del mundo. Por eso, aunque el comunicado de la Zarzuela no da precisiones, los diarios españoles aseguran que allí estaría alojado una vez más el padre del rey Felipe VI.
Tras el parate por la pandemia, el Emirate Palace ha reabierto hace algunos días sus piscinas y algunos de sus diez restaurantes.
El espectacular complejo diseñado por John Elliott costó casi 3.000 millones de dólares y es considerado el segundo proyecto hotelero más caro del mundo, sólo por detrás del Sands Bay de Singapur.
Está construido sobre un terreno de 84 hectáreas con 1,3 kilómetros de playa privada, dos helipuertos, estacionamiento subterráneo para 2.500 vehículos, centro comercial y 394 habitaciones, de las cuales 92 son suites de lujo en las que abundan el oro, el mármol y los cristales de Swarovski. La suite palace cuenta con tres dormitorios, 680 metros cuadrados y un precio de USD 15.000 la noche.
El hotel ha aparecido en películas como Rapido y Furioso 7, entre otras.
Durante 15 años fue administrado por la cadena Kempinski, y hace pocos meses pasó a manos de la hongkonesa Mandarin Oriental.
El periódico ABC dijo que un avión privado que volaba de París a Abu Dhabi aterrizó en la ciudad de Vigo, al noroeste de España, para recoger a Juan Carlos el mismo lunes del anuncio de su partida de España por la mañana, con cuatro guardias de seguridad y otra persona de su confianza.
Juan Carlos voló los ocho mil kilómetros que separan España del emirato a bordo de un Global 6500 con matrícula 9H-VBIG, alquilado a la compañía TAG Aviation, con sede en Malta.
A su llegada al aeropuerto Al Bateen de Abu Dhabi, el ex monarca y su séquito fueron llevados en helicóptero al Emirates Palace.