Un panorama turístico inusual y desolador que pone en riesgo buena parte del tejido empresarial del sector. Así ha calificado Exceltur, la patronal de las grandes empresas de turismo, la situación tras la caída en cascada de la demanda internacional desde finales de julio a causa de los rebrotes de COVID.
Las restricciones impuestas, dicen, sin criterios homogéneos a nivel UE han provocado numerosas cancelaciones, un aplanamiento de la lenta reactivación prevista a comienzos del verano, y apuntan al cierre anticipado de la temporada.
Este empeoramiento de las expectativas, especialmente de los viajeros internacionales, lleva a la Exceltur a prever una caída de la actividad turística al cierre del año de 98.753 millones de euros, es decir, 15.600 más de lo calculado en junio antes del estallido de los rebrotes. Esto supone una reducción de la actividad del 65% respecto a 2019.
Asimismo, según la asociación, este desplome de actividad turística provocaría más de la mitad de la caída del 15,1% de toda la economía española en 2020. Lo que explicaría, señalan, la última estimación de la OCDE en la que sitúa a España como la economía desarrollada más golpeada por la caída turística. Además, el escenario tras los rebotes supondría una caída de 52.862 millones de ingresos en divisas en 2020, respecto a los registrados el pasado año.