Un mundo que posee sus propias reglas y cuyo territorio es definido por ellos, si es necesario con violencia. Las playas son su segunda casa, su centro de operaciones.
En estas socializan y realizan el motivo de su existencia: la conquista de algún turista, mujeres y en menor medida hombres que han venido atraídos por el sol caribeño, las playas, el sexo fácil y la prostitución en todas sus dimensiones.
Los sanky pankies son los encargados de proporcionalo. Es como si tuvieran incluidos en un «paquete turístico».