La segunda temporada de la exitosa La isla de las tentaciones, el reality show donde cinco parejas ponen a prueba su amor, está en plena ebullición. Tentaciones a ritmo de reguetón, chapuzones subiditos de tono en la piscina, reaparición estelar de ex concursantes, celos desmedidos… Es el día a día del programa de televisión con el que Mediaset pretende batir audiencias este otoño, pero también playas idílicas, aguas cristalinas, villas de lujo, fotogénicas cascadas, frondosos bosques…
Por algo el escenario elegido para el rodaje del concurso presentado por Sandra Barneda es la Península de Samaná de la República Dominicana, uno de los rincones más salvajes y bellos de esta isla del Caribe. Ubicado en la costa atlántica del noroeste del país, entre la Bahía de Samaná y la Escocesa, es un auténtico edén tropical.
Los concursantes del ‘reality show’ de Mediaset.
Además, dentro de la isla, se trata de una zona no tan turística como las conocidísimas de Punta Cana, Playa Bávaro o Puerto Plata, rematadas a golpe de resorts bajo el sello de todo incluido. Su naturaleza virgen es una de las señas de identidad, aunque ahora hay que añadir las famosas fiestas en la piscina de los concursantes de La isla de las tentaciones 2 cuando cae la noche, organizadas en las dos villas en las que están repartidos por géneros.
La casa de las chicas lleva por nombre Villa Playa, tiene 1.000 metros cuadrados y está compuesta por ocho dormitorios decorados en estilo colonial, al igual que toda la casa, con sus respectivos aseos. Hay que añadir otros 3.000 metros cuadrados de parcela alrededor de la mansión, en los que se distribuyen la piscina y varios jardines que llegan hasta el mar.
Exterior de Villa Playa, una de las mansiones del concurso.
Ubicada en primera línea de playa, la de Cosón, en el pueblo de Las Terrenas, se encuentra en uno de los mejores lugares de la República Dominicana para practicar buceo por la cantidad de especies animales y vegetales que pueblan sus aguas. La casa en la que retozan las protagonistas femeninas del concurso se alquila durante todo el año, aunque su precio varía en función de la época. El coste más barato es de 2.300 dólares al día, unos 2.000 euros diarios.
Vista de la piscina de Villa Montaña, casa de los chicos.
Por su parte, los chicos del concurso duermen en Villa Montaña, una mansión algo más modesta que la de las féminas de casi 650 metros cuadrados con capacidad para 16 personas, suficiente para albergar a los cinco protagonistas masculinos, así como a las 10 chicas que tienen como misión principal conquistarlos. Hay que añadir los 3.000 metros cuadrados de parcela, ubicada en la misma zona que Villa Playa, la de Las Terrenas. El precio, eso sí, es más económico: desde 1.000 dólares (uno 850 euros) la noche.
Tanto el coste de la villa de las mujeres como el de los hombres aumenta considerablemente en temporada alta, de mediados de diciembre a marzo, así como Semana Santa y los meses de julio y agosto, al coincidir con las vacaciones de verano de los europeos y especialmente de los españoles, fans confesos del lugar. La temporada baja, por su parte, arranca a finales de agosto y se extiende hasta principios de diciembre, cuando la climatología es más inestable.
El salón de Villa Playa, ubicada en el pueblo de Las Terrenas.
Sea como sea, desde las dos mansiones se puede disfrutar de infinidad de actividades de aventura, ya que Samaná se caracteriza precisamente por ser un enclave de naturaleza salvaje. Por eso, igual puedes lanzarte en tirolina flotando sobre una exuberante vegetación que atisbar ballenas jorobadas en un paseo en barco, practicar kayak en aguas turquesas o dar un paseo a caballo por kilométricas playas de arena blanca.
El Salto del Limón, una de las joyas de Samaná.
Otro de los atractivos de la península es el popular Salto del Limón, un salto de agua de 50 metros de altura que, en su caída forma una piscina natural donde está permitido el baño. Para llegar hay que realizar una ruta de senderismo salpicada de naturaleza virgen.