Las Cataratas del Iguazú, una maravilla natural de la Argentina para el mundo

Las Cataratas del Iguazú, una maravilla natural de la Argentina para el mundo
Las Cataratas del Iguazú, una maravilla natural de la Argentina para el mundo

Las Cataratas del Iguazú y el Parque Nacional Iguazú ostentan varios títulos nacionales y mundiales: son el atractivo principal de nuestro país, el Parque Nacional más visitado de Argentina, Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en 1984 y elegidas en 2011 como una de las nuevas Siete Maravillas Naturales del Mundo. Es que no hay otros saltos en el mundo como éste. Ni las Cataratas del Niágara en Estados Unidos, ni las de Victoria en Zimbabue pueden competir en majestuosidad y belleza con las nuestras. Según cifras de la Administración de Parque Nacionales en 2019 el Parque Nacional Iguazú batió el record histórico de visitas, con 1.636.694 personas del mundo entero que se maravillaron ante la fuerza y la abundancia de la naturaleza.

Si ya has ido, coincidirás con que no hay manera de quedarse inmutable ante los 275 saltos que las conforman. La fuerza del agua es conmovedora. Y si todavía no tuviste la oportunidad, te compartimos toda la información en esta nota para que ya vayas planeándolo cuando se levanten las restricciones de viajes.

Las Cataratas se encuentran en el norte de la provincia de Misiones y desde Argentina se acceden desde la ciudad de Puerto Iguazú. Lo recomendable es quedarse por lo menos unas tres noches para poder recorrer todo con calma. Las altas temperaturas y la humedad reinante invitan a tomarse un descanso para disfrutar de la pileta y los jardines que suelen ofrecer sus hoteles. La ansiedad por conocer ambos lados de las cataratas puede ganarte, pero es aconsejable dejar un día en el medio entre ambas visitas para disfrutar del clima subtropical de Iguazú y conocer otros puntos de interés más cercanos.

Las Cataratas del Iguazú es uno de los destinos más visitados por los turistas que llegan al país: el año pasado llegaron más de un millón y medio de personas

Las Cataratas del Iguazú es uno de los destinos más visitados por los turistas que llegan al país: el año pasado llegaron más de un millón y medio de personas

Compartimos este atractivo turístico mundial con nuestro país vecino, Brasil. Foz do Iguaçu es la ciudad hermana que se encuentra sólo a media hora de distancia en auto desde Puerto Iguazú.

Aunque no te alojes en Foz, estarás cruzando la frontera cuando visites el Parque Nacional do Iguaçu para acceder a las Cataratas brasileras. Esta visita es de medio día y lo mejor es hacerla en la mañana cuando el sol apunta hacia los saltos dándote la mejor luz también para las fotos. Una vez dentro, un ómnibus del Parque te llevará, atravesando la selva paranaense en todo su esplendor, desde la entrada hasta el comienzo del único sendero de este parque que se recorre en aproximadamente una hora y media. Ésta es la mejor vista panorámica de las cataratas que vas a tener. El 80% de los saltos se encuentran del lado argentino, por lo que verlos desde Brasil es como verlos desde un palco VIP.

Visitar el lado argentino lleva todo el día por lo que es recomendable llegar muy temprano para aprovechar las primeras horas con menos gente y con temperaturas más agradables. El Parque Nacional Iguazú cuenta con diferentes circuitos: el superior, el inferior y la Garganta del Diablo. Un sistema de pasarelas metálicas que atraviesan la selva y que te acercan hasta las mejores vistas te da la posibilidad de ver las cataratas desde diferentes perspectivas.

Aquí, por el contrario al lado brasilero, la forma de movilizarse es primordialmente a pie por lo que un calzado cómodo es esencial. Una opción para ahorrar un poco de energía es tomarse el Tren Ecológico de la Selva que parte desde la Estación Central hasta la estación Cataratas, desde la cual se accede a los paseos Superior e Inferior. O continuar hasta la Estación Garganta del Diablo para visitar el salto más espectacular de este parque.

(Télam)

(Télam)

El paseo superior une los saltos Bosetti, Adán y Eva, Bernabé Mendez, Mbiguá, Dos Hermanas y el majestuoso San Martín. Las pasarelas están construidas sobre los saltos por lo que podrás ver el agua correr bajo tus pies con una fuerza increíble. Hay balcones desde donde las vistas merecen un alto en el camino para apreciar la naturaleza en todo su esplendor.

El paseo inferior es un poco más exigente físicamente por la presencia de escaleras. Pero ofrece la experiencia de tener un contacto más cercano con la selva y de acercarte a algunos saltos para verlos desde abajo.

Por último, la gran estrella del Parque es sin duda la Garganta del Diablo. Para llegar allí, luego de descender del tren en la estación del mismo nombre, tendrás que caminar unos 1.200 metros por las pasarelas que se adentran sobre el Río Iguazú hasta llegar al salto más caudaloso e imponente de Iguazú. Aquí el sol pega fuerte y casi no hay sombra, no te olvides de llevarte protector solar y un buen sombrero. Pero sin dudas, el esfuerzo vale la pena. Es muy difícil describir con palabras la majestuosidad de la naturaleza concentrada en los miles y miles de litros de agua que caen vertiginosamente por este salto en forma de U con paredes de 80 metros de altura.

Para los que quieren una experiencia diferente, en tiempos previos a la pandemia, el Parque ofrecía paseos de luna llena hasta la Garganta del Diablo. Se realiza solamente cinco noches al mes, tiene una duración de dos horas y media y se va acompañado de un guía.

Un imperdible para hacer este día es hacer el paseo náutico por el Río Iguazú para llegar hasta los saltos. Luego de un recorrido en vehículo por la selva y descender caminando hasta un muelle, te embarcarás en una lancha que luego de remontar el río te llevará casi hasta los pies del Salto San Martín. Es en este momento donde el corazón se acelera y las palpitaciones aumentan. Todos a bordo saben que nadie se salvará de empaparse completamente una vez que la lancha se acerque al salto una, dos y hasta tres veces. Los gritos de alegría, las amplias sonrisas y el pelo mojado pegado en la cara de los aventureros pasados por agua son una constante en este paseo. Siempre es conveniente tener la reserva hecha antes de salir al parque, ya que es un tour muy popular. Y para los que lo prefieran, esta excursión también puede hacerse desde el lado brasilero.

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Pero como Iguazú es mucho más que las Cataratas, nos contactamos con la guía Laura Pomilio, quien vive aquí desde hace 22 años. Orgullosa de su lugar en el mundo, Laura nos recomienda visitar:

-El Jardín de los Picaflores: una muy buena opción para los amantes de las aves, es posible ver aquí alrededor de 8 especies diferentes y más de 150 ejemplares de picaflores en total libertad. Otra visita recomendada en la misma línea es la del Biocentro con su colorido orquídeario y mariposario.

-Güirá-oga: este refugio tiene como misión rescatar a todos aquellos animales de la selva misionera que han sido atropellados en la ruta, heridos por la caza furtiva, tomados prisioneros por el tráfico de fauna o entregados por los mismos habitantes de Iguazú. Una excelente opción para conocer a estos animales de cerca y para concientizarnos sobre la importancia de la protección y preservación de nuestra fauna local. Ideal combinarlo con una visita a la Aripuca, que se encuentra muy cerca.

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-Las aldeas guaraníes: los guaraníes representan la comunidad nativa más numerosa de esta región. Es probable que los veas vendiendo sus artesanías hechas en madera en la ciudad o en el Parque Nacional. Pero, ¿sabías que varias de estas aldeas se han abierto al turismo en pos de mostrar su cultura a través de su cocina, sus cultivos, las plantas medicinales, su música y sus artesanías?

-Hito Tres fronteras: de fácil acceso, se encuentra emplazado en las confluencias de los ríos Iguazú y Paraná. Marcado por un obelisco con los colores celeste y blanco, desde aquí se puede observar las costas de Brasil y Paraguay donde a su vez se erige un obelisco similar con los colores de cada país. Funciona aquí una feria artesanal y de noche se ofrece un show de luces y aguas danzantes que atrae mucho público.

Para los amantes de la naturaleza y que le quieran escapar un poco a las masas, Laura nos recomienda dos saltos de agua, el Salto del turista y el Salto de Arroyo Mbocay. Ambos nos adentran en el monte misionero con la recompensa de un baño en las aguas frescas misioneras para terminar el día renovados.

Cuando llega la noche, es una buena idea probar las delicias locales como los pescados de río- el surubí o el pacú- en uno de los tantos restaurantes que ofrece la ciudad.

Pero si de vivir una experiencia local se trata, La Feirinha es el punto de encuentro de argentinos, brasileros y paraguayos. Este mercado es un claro ejemplo de la interrelación cultural típica de una ciudad fronteriza, aquí se mezclan los acentos y los idiomas. Pasando los puestos donde se venden productos frescos y envasados, llegarás al patio de comidas. En un ambiente muy relajado pero con un servicio muy eficiente y precios super accesibles podés pedirte una picadita con una cerveza helada ideal para terminar un día de aventuras. La cerveza la sirven al estilo brasilero, bien fría y con el cooler de telgopor que evita que se caliente. El mejor horario para ir es a la tardecita noche, cuando los locales terminan su día de trabajo y se reúnen con amigos.

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Ante la pregunta obligada sobre la situación actual, Laura nos cuenta que el Parque Nacional Iguazú está abierto sólo los fines de semana, únicamente para los misioneros con entrada gratuita. Por otro lado, como hay un cupo máximo de 500 visitantes por día, la reserva se debe realizar con antelación en la página web de Parques Nacionales. Y el Parque brasilero se encuentra cerrado para los visitantes extranjeros, sin una fecha cierta de reapertura.

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