A Oporto le faltaba algo para que los locales disfrutaran todavía más de su ciudad y los turistas quisieran quedarse otro día tras recorrer sus calles adoquinadas, sus iglesias faraónicas rematadas con azulejos en blanco y azul, sus bodegas, sus pastelerías, sus terrazas al borde del Duero… Es lo que pensaba Adrian Bridge, uno de los empresarios más importantes de la ciudad. Y por eso lleva ocho años dando forma a su sueño, Wow, abreviatura de World of Wine, el nuevo distrito cultural de la ciudad ubicado al otro lado del río, en Vila Nova de Gaia, donde se alistan la mayoría de las bodegas.
El vino es el protagonista indiscutible de este nuevo complejo de 35.000 metros cuadrados en el que Bridge ha invertido 150 millones de euros y que genera 350 empleos directos. «Los viajeros necesitaban algo que les motivase a quedarse un tercer día en la ciudad. Y Wow es perfecto para ello», explica Bridge. Con apenas unas semanas de vida, ya se ha convertido en el sitio de moda de Oporto gracias a contar con seis museos (el del vino solo es uno de ellos), nueve restaurantes y bares, tiendas temáticas, salas de exposiciones, espacios al aire libre… En breve, se inaugurará una Escuela del Vino, entre otros proyectos. Todo ello se ha levantado sobre antiguas bodegas, por lo que muchos de los nuevos centros muestran elementos originales como bóvedas o suelos empedrados.
Plaza al aire libre del nuevo complejo portugués.
Todo para dinamizar el sector turístico de la ciudad, uno de los objetivos de Bridge, como ya hiciera con el mundo del vino hace más de 25 años, cuando aterrizó en Portugal desde su Reino Unido natal para ocuparse de los negocios familiares. Así nació el holding The Fladgate Partnership, del que es director ejecutivo, integrado, entre otros proyectos, por uno de los mejores hoteles de Oporto, The Yeatman, así como tres bodegas de la talla de Taylor’s, Croft y Fonseca. Recorremos su último pupilo, World of Wine.
El Museo del Vino (Wine Experience) es el preferido, de momento, de lugareños y turistas, pero Wow cuenta con otros cuatro (del de la historia de Oporto al del corcho, el chocolate y la colección de vasos de Bridge) y en breve se abrirá un sexto, el de Diseño y Moda (Porto Fashion & Fabric Museum). El del vino está dedicado tanto a expertos en el universo enológico como simples aficionados, principal objetivo de Beatriz Machado, su directora. «Quería que todo el mundo lo disfrutara y le resultara accesible, que se fuera sabiendo algo nuevo y sobre todo qué vino le gusta y por qué«, añade la experta. Para ello, además de recorrer la historia del vino tanto a nivel internacional como portugués, cuenta con gran cantidad de material interactivo que te permite identificar tu uva preferida (una sala recorre las 30 variedades existentes), adivinar qué componentes tiene un vino a través del olfato, comprobar cuál es el proceso de una barrica por dentro o las fases de la vendimia.
Muestra de diferentes combinados en el Museo del Vino.
Continuamos el recorrido por los museos con el de la historia de las Edades de Oporto que, en realidad, se llama Porto Region Across the Ages, aunque se lo conoce por sus siglas, Prata. Podrás conocer por qué a los lugareños se los conoce como tripeiros (por su abastecimiento de tripas de animales, lo único que tenían, durante la conquista de Ceuta en 1415), montarte en uno de los primeros tranvías de la ciudad o descubrir el interior de una auténtica nao en la Sala de los Descubrimientos. Dentro de Wow, la niña bonita de Bridge es, en cambio, el museo que acoge su colección homónima de 1.500 vasos a través de 9.000 años de historia contada a través de estos recipientes. Los hay de toda época (Antigua Grecia, Imperio Romano, Medievo…) y condición (cálices, porrones, tazones…). El más antiguo, sin embargo, es una vasija del año 7.000 a.C. de origen japonés.
The Bridge Collection, con 1.500 tipos de vasos.
El Museo del Chocolate (The Chocolate Story) no solo repasa la historia de este goloso delicatessen desde la época colombina, sino que propone catas y maridajes y descubre curiosidades como la primera vez que apareció una tableta en el cine o la televisión, cuántos Kit Kats se consumen al año en todo el mundo (17,6 billones) o «las variedades que crearon para insuflar energía a los soldados americanos en la II Guerra Mundial», como cuenta el guía Marcos Couto. También se puede visitar una auténtica fábrica chocolate, la que comercializa el chocolate Vinte Vinte (Veinte Veinte) de Wow. El nombre tiene explicación: el cacao se cultiva entre las coordenadas 20 y 20 de los hemisferios. Toca entrar en el Museo del Corcho (Planet Cork), ya que Portugal es el primer productor mundial de este tejido vegetal tan usado en el cine para simular explosiones o por la mismísima Nasa, que lo utilizó como revestimiento del transbordador del Apolo 11.
Dos empleadas en la fábrica del Museo del Chocolate.
Faltaría conocer el Museo de Diseño y Moda, ya que el objetivo de Wow no es limitarse al mundo del vino, sino ser un referente cultural mucho más amplio dentro de la ciudad. Todavía no está abierto al público, pero el lugar promete, ya que está ubicado en un edificio histórico del siglo XVIII con capilla incluida del arquitecto Nicolau Nasoni, cuyos frescos han sido restaurados. Cada uno de los museos de Wow puede visitarse de forma independiente (la entrada general de adulto cuesta entre 14 y 17 euros) o a través de pases conjuntos utilizables durante 48 horas después de la primera validación (en el caso del tíquets para dos museos) o incluso tres meses (tíquets para tres o cinco museos).
Escultura de una uva por dentro en el Museo del Vino.
El apartado gastronómico de World of Wine está compuesto por nueve espacios aptos para todo tipo de comensales. Son estos:
The Golden Catch. Los fans del marisco y el pescado fresco querrán ir una y otra vez a este restaurante con entrada desde la plaza principal de la Ciudad del Vino. Da igual qué plato marítimo se elija. Todos merecen la pena. Del pulpo confiado al bacalao o el salmón.
1828. Esta fecha marcó el inicio de la Guerra Civil portuguesa y es el nombre elegido por Bridge y compañía para su restaurante de alta cocina como homenaje a las vicisitudes que ha tenido que afrontar el país. Luce la decoración más sofisticada de Wow, así como unas vistas únicas sobre Oporto. Hay que probar su carpaccio de wagyu, su brioche de foie-gras o su tartar de atún.
Root & Wine. Wow destina este restaurante de estilo vanguardista y moderno a sus clientes vegetarianos con una carta que incluye risottos, pokes, hummus, falafel y todo tipo de ensaladas.
Diferentes platos del restaurante vegetariano Root & Vine.
VP. Es el local especializado en platos de la cocina tradicional de todos los puntos del país como la alheira, un embutido a base de carne picada, o las almejas del Algarve. La carta de vinos también son locales, claro.
Suspiro. Éste es el lugar preferido de los golosos, ya que se trata del local especializado en todo tipo de dulces y postres acompañados de un buen café. Los míticos pasteles de Belém no pueden faltar.
Angel’s Share. Es el wine bar del nuevo barrio y el lugar con las mejores vistas de la ciudad. Su carta incluye más de 50 referencias de vino, así como todo tipo de cócteles, con o sin alcohol, incluido el autóctono y exitosísimo Porto Tonic, vino de Oporto con tónica.
Actuación en vivo en el ‘wine bar’ Angel’s Share.
Vinte Vinte Café. Se trata de la cafetería del Museo de Chocolate, por lo que sus especialidades giran en torno a este manjar. Nos quedamos con las espectaculares trufas.
Lemon Plaza y Mira Mira. El primero está pensado para todo aquel que quiera hacer un descanso rápido a base de sándwiches o snacks. El segundo, por su parte, estará ubicado en el futuro Museo de Diseño y Moda. Todavía no están abiertos, pero lo harán en breve.
Cada uno de los museos cuenta con su propia tienda temática, por lo que puedes comprar desde un bolso o una tabla de surf confeccionados a base de corcho a un tableta de uno de los chocolates más caros del mundo, el Porcelana de Amedei, que cuesta 15,80 euros. La oferta de Wow no acaba aquí, ya que cuenta con una plaza principal al aire libre y otra interior de cara al invierno donde celebran eventos y conciertos. Las fachadas de la primera acogen cada tarde un espectáculo de video mapping centrada en el vino. También hay salas para exposiciones y en un futuro se abrirá la Escuela del Vino de Oporto.
Dos espacios al aire libre de la nueva Ciudad del Vino.
Pegado al complejo de Wow se ubica The Yeatman, considerado uno de los mejores hoteles de Oporto, si no el mejor… Especializado en el mundo del vino, este cinco estrellas de estilo señorial también es propiedad del holding liderado por Adrian Bridge desde que se inaugurara por todo lo alto hace ya cuatro años bajo el exclusivo sello de Relais & Chateaux. Sus vistas sobre la ciudad desde el otro lado del río, el de Vila Nova de Gaia, son simplemente impresionantes. Por su ubicación y su temática (tanto las habitaciones como la decoración general o el spa, con sus sesiones de vinoterapia, giran en torno al elixir de Baco) viene a sumarse a la oferta de World of Wine, siendo el alojamiento perfecto para sus visitantes. Además, cuenta con la mayor bodega de caldos portugueses del mundo.
El hotel The Yeatman gira en torno al vino.
| Más información de horarios y reservas en la página web de World of Wine (Wow), disponible en español.–
