En España el turismo de salud facturará el año que viene 1.200 millones con 50 hospitales

En España el turismo de salud facturará el año que viene 1.200 millones con 50 hospitales
En España el turismo de salud facturará el año que viene 1.200 millones con 50 hospitales

La pandemia se ha llevado por delante el turismo en España y uno de los sectores a los que le ha pasado factura ha sido al sanitario. El último año del que hay recabados datos es 2016, cuando este negocio movió 600 millones de euros en el país. Desde entonces, ha habido más inversiones y especialización y ahora, de cara a 2022, la patronal Spaincares calcula que «se moverían 1.200 millones», el doble según el presidente, David Medina. Para ello, hace falta que la vacunación devuelva la movilidad al mundo y que el Gobierno apueste también por el sector, algo que se demanda desde esta asociación.

En España hay un clúster formado por más de 50 hospitales que ofrecen sus servicios a aquellos ciudadanos foráneos que llegan al país para someterse a algún tratamiento. Según Medina, son líderes en «fecundación in vitro, oftalmología, cirugía plástica e incluso oncología». Detrás, de la mano del sector privado, cuentan con el respaldo de la patronal de sanidad privada, ASPE, la Asociación Nacional de Balnearios y la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos. Asimismo, también están presentes en Spaincares las iniciativas territoriales de turismo de salud españolas: Illes Balears Health Experience, Tenerife Medical Destination y Valencia Salud.

Pero la situación de hoy es peor que antes de la pandemia. Meses antes de que comenzara la crisis sanitaria, Spaincares se reunió con la Secretaría de Estado de Turismo para relanzar al sector. Ellos quieren olvidarse de las subvenciones y recibir del Gobierno el apoyo a través de la promoción en ferias de turismo. Si España tiene una de las mejores sanidades del mundo y es uno de los destinos preferidos, el sector quiere que se aúnen ambas fortalezas para caminar en este negocio. «Las conversaciones están bañadas en nitrógeno líquido. Quiero decir que están en perfecto estado para retomarlas en el mismo lugar y punto. Solo hay que tener voluntad, la situación es la misma», añade Medina.

Sin embargo, hoy por hoy, somos el quinto destino de Europa en números absolutos y el undécimo en el mundo. Lejos quedan destinos como Turquía, uno de los países que más suenan últimamente como potencia en este sector por su apuesta por la salud capilar, si bien desde SpainCares no buscan esa comparación. «Nosotros tenemos muchas bondades para buscar un turismo de calidad que proporcionan estas personas que viajan para cuestiones sanitarias», explica David Medina.

El sector, además, tiene como proyecto diversificar la oferta. Se busca algo más que un viaje rápido que no ahonde más que en el tratamiento puntual. Dentro del clúster se ha formado un grupo de trabajo para promocionar el wellness, anglicismo utilizado para promover el estilo sano de vida. «Tenemos una gran gastronomía, una de las mejores redes de balnearios y una sanidad puntera. La idea es conjugar todo para que el cliente tenga la mejor atención», ahonda Medina.

Este 2021 está prácticamente perdido por la pandemia, si bien la idea de la patronal es desestacionalizar la oferta. Quieren que sea un turismo de calidad en cualquier momento del año gracias al clima, aunque es evidente que el verano es la mejor temporada.

Una ley ignorada
Los 1.200 millones de euros que se calculan para 2022 no solo provendrían del turismo de salud mencionado, si bien es la principal fuente de ingresos. En Europa, desde el año 2013 existe una directiva de asistencia sanitaria transfronteriza que ha sido ninguneada por los Veintisiete, a tenor de los datos. Este texto legal establece que cualquier ciudadano de la Unión Europea puede ser atendido de una dolencia que cubra el servicio de salud del país de origen en cualquier estado miembro. Un trozo de tarta que en España aprovecha la sanidad privada, incluida en Spaincares.

Hasta la fecha, solo cuatro de cada 10.000 ciudadanos se acogen a esta directiva para que sus países de origen les reembolsen la asistencia médica recibida, un problema añadido para España, que es el país que más ciudadanos de la UE acoge en este régimen. Entre los años 2016 y 2018, desde la Unión Europea llegaban a España 45.000 pacientes al año. En la otra cara de la moneda, el país más emisor de pacientes es Francia, donde 146.000 ciudadanos al año abandonan su país para someterse a algún tratamiento. Es decir, el país más emisor es fronterizo con España.

«Antes decía que somos receptores incluso en oncología. No es que seamos mejores, somos iguales, pero más competitivos. Por ejemplo, a Alemania le cuesta menos operar en España a su paciente», explica Medina.

La propia UE, en su último informe sobre la aplicación de esta directiva considera esta normativa como «una cuestión política importante», por lo que pone el foco la necesidad de abordar aquellos motivos que, hasta la fecha, explican la baja movilidad de los pacientes en el marco comunitario. Entre otras razones están el escaso conocimiento de los ciudadanos sobre sus derechos sanitarios transfronterizos, los obstáculos administrativos levantados por algunos Estados, la aplicación tardía de la directiva y la escasa información de los pacientes que buscan asistencia sanitaria en otro Estado miembro en base a la aplicación de esta directiva.

Otro informe elaborado por el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea incide en la misma línea del problema señalando que los pacientes del bloque comunitario siguen teniendo dificultades para acceder a asistencia sanitaria en otro país debido a las trabas administrativas, y que tan solo una minoría de los europeos (alrededor de un 20%) conoce su derecho a dicha asistencia transfronteriza.

La directiva es de vital importancia para el desarrollo de la sanidad privada española en general, y para aquellos que más enfocados en el turismo de salud, en particular. Desde el punto de vista legal, la entrada en vigor de esta directiva ha supuesto la liberalización de los servicios sanitarios para los centros de asistencia privados y concertados con el sistema público de salud, además del crecimiento del sector de turismo de salud. Por eso desde la patronal insisten en que los países deben informar más de su existencia.