Pedro Sánchez tenía decidido hace meses que España no seguiría bajo el estado de alarma más allá de este 9 de mayo. Así se lo anticipó a varios presidentes autonómicos después de que estos le presionaran, en vano, exigiéndole mantener la situación de excepcionalidad y evitar así quedarse sin garantías jurídicas para imponer restricciones que hagan frente a la pandemia.
Como se ha visto en las últimas horas, el caos jurídico es total, con jueces avalando o denegando medidas similares en cada comunidad. Pero el jefe del Ejecutivo apostó por priorizar la economía. Y para ello era urgente, razonó el Gobierno, volver a permitir la movilidad y levantar fronteras confiando en que la vacunación fuera haciendo el resto. «España tiene que reabrir.
Nos jugamos la reactivación en la temporada de verano», zanjó Sánchez hace ya varias semanas en conversación uno de estos interlocutores políticos, según ha podido saber El Confidencial. No habría marcha atrás.
Si no ves correctamente el módulo de suscripción, haz click aquí Y después llegó el 4-M, que ha abierto muchos ojos y ha reafirmado al Gobierno en sus planes de recuperar cuanto antes la ‘normalidad’. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, apostó por medidas más laxas que el resto sin tener peores datos pandémicos, logró sostener importantes sectores como la hostelería y el comercio, y arrasó en las urnas.
Para muchos, el resultado electoral madrileño es la constatación de que el coste político de tener cerrada la economía será mayor. Empieza a cundir entre los responsables autonómicos la sensación de que cuanto más severas son las medidas mayor es el descrédito social.
De hecho, algunos de quienes hace escasas semanas pedían a Sánchez que prolongara la alarma, como el andaluz Juan Manuel Moreno, apuestan ahora claramente por aflojar. Demasiada fatiga pandémica.
Londres
Pero más allá del debate en casa, lo cierto es que España, potencia turística mundial, se la juega ahora que los grandes operadores diseñan sus paquetes de ofertas para el verano. Estas próximas semanas destacan marcadas en rojo en el calendario de los responsables económicos del Gobierno. La recuperación depende del levantamiento de restricciones en la frontera. En el primer semestre vino un 90% menos de turismo exterior que en la era precovid, lógicamente por el cerrojazo general.
España arriesga 43.000 millones entre junio y septiembre asociados a los visitantes extranjeros, como publicó este diario. Y acaba de recibir el primer gran varapalo después de que Reino Unido haya excluido de su lista «verde» a nuestro país como destino seguro al que poder viajar. Figuramos en «ambar», es decir, se exigirá a los británicos diez días de cuarentena a su regreso, además de dos pruebas. La situación se revisará cada tres semanas.
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En el seno de la Unión Europea se ha desatado una carrera brutal entre los principales competidores por ser el primer destino vacacional. Italia y Grecia se han adelantado al resto anunciando la reapertura de fronteras al turismo mundial el próximo 15 de mayo. Hace meses que el presidente griego amenazó a la Comisión Europea de que si no era capaz de acelerar medidas como la puesta en marcha del pasaporte sanitario europeo, ellos harían un ‘grexit’ turístico. Por su cuenta y riesgo abrirían sus islas a mercados tan importantes como el británico y americano. Como así ha terminado por ocurrir. La presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, se apresuró hace unos días a avanzar que las fronteras de la UE estarán abiertas, un año después, para los viajeros estadounidenses que vengan vacunados. La Comisión Europea espera tener listo con su pasaporte verde digital para mediados de junio.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, se descolgó este martes anunciando que la próxima semana su país tendrá listo un certificado de movilidad nacional para los turistas vacunados. El turismo representa el 14 por ciento del PIB de su economía, un peso similar al que supone para España (12,4%). Italia contará así con un mes de ventaja respecto al resto, aunque tampoco le ha valido de momento para atraer a los británicos: comparte grupo ámbar junto a España y Francia. «No esperemos hasta mediados de junio para el pasaporte de la UE», dijo Draghi el 4-M después de una reunión urgente de ministros de Turismo del grupo G20. «Es hora de reservar sus vacaciones en Italia», animó.
Un mensaje de apoyo y confianza que las patronales del sector turístico español también demandan al Gobierno de España. De hecho, hace un año, el 23 de mayo de 2020, Sánchez anunció con bombo y platillo desde Moncloa el regreso del turismo extranjero: “España os espera desde julio en condiciones de seguridad”, dijo con solemnidad después de que el Ministerio de Sanidad enturbiara los ánimos del sector insistiendo en hablar de cuarentenas que disuaden a los turistas. Al igual que entonces, el sector reclama ahora concreciones en la fecha de reapertura que facilite el diseño de la temporada estival. «Necesitamos como mínimo tres semanas de antelación», apuntan las fuentes consultadas.Foto: Tumbonas apiladas en una playa de Gran Canaria.
En el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo aseguran que España se mantiene en el consenso común europeo, es decir, que no habrá una salida propia como la que han tenido Italia y Grecia. Señalan que, más allá de la UE, el Gobierno español trabaja en otros foros multilaterales como la OCDE en defensa del certificado de movilidad como «instrumento interoperable» que permita reiniciar los viajes internacionales seguros. «La prioridad es que el turismo sea seguro, que se garantice la movilidad segura», insisten en el departamento que dirige Reyes Maroto. La próxima semana Tourespaña presentará una campaña para fomentar el turismo extranjero: España como destino seguro.
En la industria lamentan que ha existido demasiado «voluntarismo» por parte de la ministra, pero denuncian que viven en la incertidumbre total. Ni han llegado todavía las ayudas directas comprometidas en enero ni se ha concretado los planes de esta nueva desescalada para el verano. «El fin del estado de alarma ofrece mejores expectativas porque hay mucha demanda embalsada para viajar. Pero no nos da certezas. A día de hoy no sabemos ni cuándo ni dónde ni quién va a abrir.
Los criterios a aplicar por las comunidades autónomas son dispares, seguimos en vilo», lamenta José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur, asociación que agrupa a grandes del sector (aerolíneas, hoteles, alquiler de coches). Necesitan que se oficialice cuanto antes el anuncio de apertura de puertas al turista internacional. En el sector español miran con envidia el papel jugado por Draghi para lanzar el turismo en Italia.
Y reparan en que Grecia, Malta o Turquía, competidores directos, están tomando medidas más audaces a su favor, como es la vacunación prioritaria del sector turístico (camareros, taxistas, personal hotelero, que conforman un doble escudo de seguridad ante el turista). Una medida que también se ha planteado en Portugal e Italia. «Nos jugamos la competencia en la confianza sanitaria».
Desde que el 22 de abril Sánchez afirmó públicamente que su «intención» era levantar la alarma, se ha detectado un «repunte significativo» en las reservas nacionales para este verano, especialmente para costas peninsulares, Baleares y Canarias, señalan escuetamente los grupos del sector. Hasta un 30% y 40% en julio y agosto, aunque con flexibilidad para cancelar.
Sin embargo, estas cifras son insuficientes para salvar la temporada de verano. El 60% por ciento de los ingresos turísticos totales procede del visitante extranjero. Asoman algunos datos alentadores, como este que apuntan desde la Mesa de Turismo: «Del 15 de junio para adelante, hay programados en principio 754.000 vuelos hacia los aeropuertos españoles para la temporada de verano, es decir, de mediados de junio hasta octubre.
Esto representa el 54 por ciento del tráfico en 2019 en el mismo periodo. Es un buen dato», señala el presidente de esta asociación, Juan Molas.
La previsión más optimista de Exceltur es que España recuperará este año el 50% de la actividad turística total en relación con 2019. El primer trimestre ha sido en negro, en este segundo la caída será del 70% y lo fían todo a la recuperación este verano, que confían en poder alargar hasta octubre: para eso debe llegar al 85% la demanda española y al 50% la demanda extranjera.
En 2020, el año que lo cambió todo, el sector se desplomó un 80%, aunque la pesadilla para las islas y el litoral comenzó en octubre de 2019, cuando quebró el gigante de viajes británico Thomas Cook. Acumulan 18 meses en secano.