Todo tiene s u tiempo y el presidente Abinader ha sido un buen intérprete en cuando a la puesta en funcionamiento de lo que se estima que es una necesaria reforma fiscal.
Ciertamente, la reforma es necesaria, hay que seguir construyendo el país y se necesitarán planes sociales para seguir asistiendo a los sectores más vulnerables.
Como he señalado en otras ocasiones en estos artículos, gobernar un país relativamente pobre como el nuestro durante una pandemia que ha trastornado todas las cadenas de producción, las líneas de transporte, los abastecimientos, crea situaciones harto difíciles que obligan a los líderes a permanecer en un estado de vigilia que les permita identificar y atender a la mayor brevedad los diferentes problemas que se presentan, que de no recibir atención inmediata tienen la tendencia a seguir creciendo y salirse de todo control.
Aunque el presidente Abinader, como le corresponde, enumeró los logros que ha obtenido su corto gobierno y nos señaló algunos puntos positivos y significativos, no es menos cierto que la pandemia sigue activa, que el estado de incertidumbre se mantiene y que la escasez de muchos artículos provoca ansiedad e incomodidad, a la vez que la subida de sus precios.
Me comentaba un hotelero hace poco: “Ellis, si bien es cierto que estamos en proceso de recuperación de nuestro turismo, tampoco podemos engañarnos a sabiendas.
Los hoteleros hemos perdido mucho dinero y aunque los turistas están en proceso de regresar todavía estamos en déficit en nuestras operaciones. Aun no luce fácil el camino que tenemos por delante, requerirá de mucha gestión y de mucha efectividad hasta equipararnos con el éxito anterior. Estamos haciendo el esfuerzo y contamos con las autoridades”.
Con el continuado ascenso de los precios del petróleo y sus derivados y el atasco de los contenedores para distribuir las mercancías habrá un impacto negativo para las próximas navidades.
En algunos casos habrá que comprar lo que aparezca. Yo, quien soy el que va a las compras del supermercado, estoy acostumbrándome a no encontrar siempre lo que busco y a sustituir por lo que hay. En algunos casos, simplemente, no hay.
Es bueno que el presidente Abinader esté ojo avizor, que esté en disposición de escuchar y que tenga la actitud de rectificar cuando las circunstancias así se lo indiquen.
No todos los líderes lo hacen.
Todos debemos contribuir al éxito común.
A todos nos conviene.