El de Gubbio, en Italia, es el más gigante del globo, pero hay otros abetos incluso más emblemáticos como el del Rockefeller Center de Manhattan o el de las Galerías Lafayette de la capital francesa.
El más difícil todavía es una expresión recurrente cuando llegan estas fechas. Y en el caso de los árboles iluminados, más todavía. Del más grande a uno flotante recorremos el planeta en busca de los más espectaculares.
Si hay un abeto famoso en estas fechas en todo el globo, ése es el del Rockefeller Center, en pleno Manhattan. No en vano, lleva más de 80 años siendo un clásico en las fiestas de Nueva York junto a la también tradicional pista de patinaje que se monta en este mismo lugar. No en vano, alrededor de 125 millones de personas visitan cada año este abeto fastuosamente iluminado de cerca de 23 metros de altura, aunque las restricciones por la Covid-19 han reducido el aforo este año, al igual que ya ocurriera en 20202.
El mítico Rockefeller Center en Navidad.
Los récords en cuanto a abetos navideños se refiere también incluye a su ubicación. Éste de Río de Janeiro, por ejemplo, ha entrado en el Libro Guinness por ser el más grande del mundo… flotante. Tiene más de 80 metros de altura, de él cuelgan alrededor de tres millones de luces y se encuentra elevado sobre la laguna Rodrigo de Freitas de la ciudad brasileña. El árbol lleva decorando la Navidad de propios y extraños desde 2014. Cada año, toca construirlo de nuevo, colocándolo sobre una barca varada en el lago. Su momento grande es cuando llegan los fuegos artificiales que despiden el año.
El árbol flotante de Río de Janeiro, iluminado.
Cada 7 de diciembre, desde hace ya 30 años, la plaza Martiri de la ciudad medieval de Gubbio, en la región italiana de la Umbría, ilumina su emblemático árbol de Navidad, considerado el más grande del mundo. Estas son las cifras que avalan el récord: se extiende a lo largo de 650 metros por la pendiente del monte Ingino en el que se ubica. Desde allí domina el puelo con más de un millar de luces y 10 kilómetros de cableado. Entró en el Libro Guinness de los Récords en 1991 y sigue manteniéndose en el pódium. Tan reconocido es en el país alpino que hasta el Papa ha sido invitado a conocerlo.
El árbol de Gubbio, instalado sobre esta ciudad de Italia.
Otro de los árboles clásicos es que se instala cada año es el de las emblemáticas Galerías Lafayette, ubicadas en el número 40 del bulevar Haussmann de París. Todos los visitantes que acuden a este centro comercial para hacer las compras de Navidad (y disfrutar de una de las mejores vistas de la capital francesa) pueden deleitarse cada vez con una temática diferente, que se define en febrero de cada año. En esta ocasión, Papá Noel se ha transformado en un astronauta realizado por el artista local Lorenzo Papace en papel maché al 100%. Del árbol también cuelgan todo tipo de planetas, meteoritos y demás elementos galácticos.
El famoso árbol de las Galerías Lafayette, en París.
Toca visitar uno de los árboles de Navidad más innovadores del mundo, el de Coal Drops Yard de Londres, una agradable zona lleno de bonitas tiendas, cafés con encanto y restaurantes de toda condición. Aquí instalan este abeto de ocho metros de alto compuesto por una estructura de metal que alberga más de 70 terrarios con jardines en miniatura construidos por genios de la botánica.Por algo, la idea parte de la compañía The Botanical Boys, especializada en proyectos sostenibles. Está adornado con 168 esferas plateadas que se iluminan por la noche reflejándose en toda la plaza.
Los árboles de Coal Drops Yard, en Londres.
