Lo que sí importa mucho es que el mismo énfasis que pone el país para impulsar el turismo, lo haga en establecer requisitos de seguridad que permitan convertir a los hoteles y otras infraestructuras turísticas en “zonas libres de Covid”.
El presidente Luis Abinader y su ministro de Turismo, David Collado, acompañados de una delegación de los principales hoteleros del país, se hará presente en esa feria que está dedicada, justamente, a la República Dominicana.
Llegaremos a FITUR con buenas notas ganadas en el esfuerzo de recuperar la primacía del turismo como fuente de inversiones y empleos, un logro alicaído por culpa de la pandemia en 2020.
El año 2021 cerró con un saldo de más de 4.2 millones de visitantes. Y no por arte de magia, sino por el esfuerzo concentrado de articular planes de incentivos, vuelos comerciales, buenas ofertas y garantías sanitarias.
Otros destinos no han tenido una suerte como la nuestra, en parte porque no han podido superar las expectativas de vacunación de sus ciudadanos, tener una baja letalidad por causa del Covid y contar con las facilidades portuarias y aeroportuarias, aparte de nuestras incomparables bellezas naturales.
Al bajar los picos de la pandemia antes de la llegada de la ómicron, se destapó el llamado “turismo de venganza”, una manera de bautizar el febril empeño de la gente de escapar a los agobios de los confinamientos, viajando y vacacionando, en lugares seguros.
Con buenas credenciales llegaremos a FITUR, esperando que República Dominicana pueda valerse de estos logros para seguir fortaleciendo el turismo como uno de los pilares de nuestra economía y nuestro desarrollo.