El conflicto Rusia-Ucrania ha sido demoledor para el turismo dominicano. Una cantidad importante de vuelos procedentes de esos países han sido suspendidos y esto se traduce en pérdida para esta industria y en descalabro económico para todos los sectores que se nutren de la misma.
Y todo esto ocurre cuando empezábamos a despertar de la prolongada pesadilla del Covid 19.
Ante esta sombría situación para la industria sin chimenea, nos parece que la iniciativa que pretende implementar el Mitur para mitigar esas pérdidas, es muy atinada. Se propone este ministerio salir a buscar en otros mercados ese porcentaje de turistas que hemos perdido, desarrollando estrategias que les haga interesarse por nuestro país como destino para vacacionar.
Y en ese sentido, nos parece que a esa tarea debe sumarse toda nuestra representación diplomática en el exterior. Llegó la hora de vender. Llegó la hora de aunar esfuerzos y hacer de las embajadas y consulados oficinas de mercadeo que puedan hacernos un producto más conveniente, más amigable, más atractivo, más conocido.
Hasta ahora, nuestro país ha sido destino de muchos vacacionistas que han llegado atraídos por nuestras bondades y por nuestra baja tarifa de todo incluido, pero no necesariamente por una labor de venta directa que haga apetecible el destino. Mucho de ese público se ha originado casi de manera espontánea.
Lo que promete el ministro de turismo es tratar de captar nuevos mercados desarrollando estrategias en lugares donde no hemos sido tan activos con la promoción.