El turismo religiosoes la modalidad de viaje motivada por la fe, la espiritualidad, la devoción y todos los credos que generen interés turístico.
En República Dominicana, y a pesar de tener varias rutas religiosas, este tipo de experiencias no son promovidas. Contrario a otros países que viven del turismo, en República Dominicana aún se mantiene lejos de ser un atractivo que atraiga gran cantidad de turistas locales o extranjeros.
Hasta el momento el Estado, los empresarios ni las propias iglesias se han decidido a promover las visitas a los templos y lugares de devoción como un atractivo turístico que podría generar ingreso de divisas y dinamizar la economía en los lugares en donde están situados.
Para el periodista Salvador Batista, especialista en turismo de viajes, ha sido poco el apoyo que recibe este tipo de actividades por parte de las autoridades y empresarios, e incluso de la propia Iglesia Católica.
Entre las rutas religiosas que podrían explotarse para una mayor atracción de turistas está el Templo de Las Américas, ubicado en Luperón, Puerto Plata, considerado la primera iglesia católica del «Nuevo Mundo».
El interior de esta edificación está repleto de imágenes de la Virgen María.Otro atractivo de este templo es que el visitante puede sentir la suave brisa que proviene de la costa atlántica.
Otros templos que impactan quienes los visitan son la Basílica Catedral Metropolitana Nuestra Señora de la Encarnación Primada de América, en Santo Domingo, Distrito Nacional, y el Santuario Nacional Nuestra Señora de las Mercedes Santo Cerro, en La Vega. Este último es el primer Santuario Mariano de las Américas.
También está la Basílica Catedral y Santuario Nuestra Señora de la Altagracia Diócesis Nuestra Señora de la Altagracia, ubicada en Higüey, provincia La Altagracia, entre otros.
Batista indica que estas zonas no son tan activas a nivel de turismo religioso, debido principalmente a que las mismas no cuentan con la promoción debida y la motivación para que sean visitadas por creyentes dominicanos y extranjeros.
El también periodista especializado en turismo, José Ramón Torres, al ser entrevistado sobre la práctica el turismo religioso a nivel nacional, precisa que, para segmentarlo bajo ese nombre, primero se debería confirmar que el desplazamiento de las personas a lugares con motivos de recreación, exploración o devoción implica pernoctar una o más noches en las ciudades asiento de los templos y lugares de devoción.
Pero, aclara, que de manera exclusiva no hay una oferta internacional de turismo religioso hacia República Dominicana, aunque sí los turoperadores incluyen los lugares de devoción en sus ofertas y los devotos combinan lo religioso, patrimonial y cultural con sus vacaciones en playas y hoteles del país.
“Podríamos hablar sí de un turismo interno religioso fuerte hacia santuarios ubicados en Santo Domingo Higüey, La Vega, La Isabela y otros populares como el Santuario San Martin de Porres, la fiesta San Antonio Negro de los Hermanos Guillén en Yamasá, el templo a la Señorita Elupina Cordero en Sabana de la Mar, entro otros. Luego lo que encontrarás son peregrinaje a templos en particular en fechas particulares”, añade.
Turismo religioso en el mundo
A nivel internacional, Torres narra que la Iglesia Católica desarrolló las advocaciones alrededor de personajes históricos o de leyenda y entonces los devotos convierten en destinos turísticos religiosos los templos más históricos a sus deidades, los de mayor relieve arquitectónico o aquellos donde más milagros se han sucedido.
Precisa que uno de los destinos de devoción más visitados es el Muro de las Lamentaciones, en Israel, considerado lugar sagrado y emblema en todo el mundo. Allí confluyen devotos del judaísmo y del cristianismo que veneran los cimientos de su fe en las piedras del Templo de Salomón, destruido por los babilonios y del templo de Esdras y Nehemias destruido por los Romanos, según explica Torres.
Igualmente, son muy famosas las expediciones desde Venecia a Tierra Santa y las peregrinaciones por el Camino de Santiago, en España, pues desde el 814 en que se descubrió la tumba del santo fueron continuas las peregrinaciones de toda Europa, creándose así mapas, mesones y todo tipo de servicios para los caminantes.
Salvador Batista menciona también El Vaticano y la Basílica de San Pedro, en Roma, además de que Jordania y Egipto son importantes lugares para el turismo religioso.
«Ambos, por su importancia en el Antiguo y Nuevo Testamento. El Monte Sinaí, el Mar Muerto, el Monte Nebo, o el río Jordán, donde Juan bautizó a Jesús, son lugares que destilan una magia mística y especial que le sobrecogerá. Jerusalen y Belén en Israel se suman por tener grandes atractivos para este tipo de público. Tamboén el Santuario de Fátima, Portugal; la peregrinación en Santiago de Compostela en España», comenta.
En América Latina, en Colombia se encuentra la catedral de Sal en Zipaquirá, y la Basílica de Santa María de Guadalupe, en el norte de la Ciudad de México.
El origen
Sobre el origen de este tipo de turismo, Salvador Batista indica que en la Grecia clásica se daba gran importancia al ocio, y el tiempo libre lo dedicaban a la cultura, diversiones, deporte y religión.
“Los desplazamientos más destacados eran los que realizaban con motivo de asistir a los juegos olímpicos antiguos en la ciudad de Olimpia, a las que acudían miles de personas y donde se mezclaban religión y deporte, aunque también existían peregrinaciones netamente religiosas, como las que se dirigían a los oráculos de Delfos y de Dódona”, comenta.
Además, reseña que, ya en la Edad Media, tanto el Cristianismo como el Islam, extenderían el turismo religioso, más precisamente «las peregrinaciones» a mayor número de creyentes y los desplazamientos serían mayores