Dos ciudades de México, Cancún y Tulum, han hecho que el país brille en las listas globales de los mejores destinos turísticos, incluso durante los momentos más críticos de la pandemia. Pero a muchos les preocupa esta afluencia descontrolada.
Si bien México nunca cerró realmente sus fronteras ante la amenaza del Covid, el virus no ha sido el único que ha causado estragos. El auge de turistas simplemente parece no ser sostenible, ya sea por los daños medioambientales que causan, como por la disputa territorial de narcotraficantes que buscan hacerse con una mayor clientela.
En un reportaje para Bloomberg, la periodista local Maya Averbuch asegura que el creciente número de visitantes en los destinos de Quintana Roo ha puesto en riesgo los ecosistemas de los mundialmente famosos cenotes, así como la barrera de coral más grande del hemisferio occidental.
Estas cavernas de agua dulce, típicas de la península de Yucatán, se cubren de suciedad de los asentamientos cercanos y las cremas solares con las que se untan los turistas. “Si los cenotes se contaminan, no valdrá la pena”, le dijo a Averbuch el instructor de buceo Alan Chuc.
Tan solo en la ciudad de Tulum, únicamente el 15% de los edificios están conectados al sistema de alcantarillado, lo que significa que toneladas de desechos terminan en las aguas subterráneas que alimentan los cenotes, ensuciando las playas y matando el arrecife. La contaminación también viene de muchos hoteles que no forman parte de la red eléctrica y utilizan generadores diésel.
Además del ir y venir de turistas, se amontonan en las ciudades costeras los trabajadores de la construcción que llegan a Quintana Roo para levantar los hoteles, y suelen quedarse ilegalmente en terrenos no urbanizados.
Turistas posan para una foto en un cenote en el parque natural Aktun Chen, cerca del sitio de construcción de la Sección 5 Sur del Tren Maya. Foto: PEDRO PARDO/AFP vía Getty Images
Entretanto, el gobierno planea inaugurar una línea de tren a lo largo de la costa y un aeropuerto local que se espera para 2024.
Sobre la polémica ruta del tren, la escritora mexicana Adriana Malvido hizo un pedido de auxilio en El Universal: “Científicos, arqueólogos, ecologistas, biólogos, paleontólogos, espeleólogos y artistas expresan un SOS por el gran acuífero maya. Coinciden en que todavía es posible encontrar una mejor opción. Lejos de la descalificación presidencial, han de ser escuchados. Antes de que sea demasiado tarde”.
Publicitada como un paraíso caribeño con una gran vida nocturna, la franja de playa en Tulum está repleta de restaurantes de lujo y boutiques de ropa de diseñador. También tiene amplios suministros de marihuana, ayahuasca y cocaína.
Es el tipo de lugar donde “los hippies se vuelven millonarios y los millonarios se vuelven hippies”, dijo el guía turístico Hervé Pech.
Manifestación contra el tren maya en la Ciudad de México, 25 de marzo de 2022. Foto: PEDRO PARDO/AFP vía Getty Images
Según Averbuch, muchos visitantes llegan a Quintana Roo porque es más fácil el acceso a todas esas drogas, lo que crea otra serie de problemas. “Las pandillas están metidas en una guerra territorial, y eso ha alimentado el aumento de la delincuencia”, explicó.
Las estafas y secuestros afectan a todo tipo de personas, desde propietarios de hoteles hasta vendedores ambulantes en las playas. Durante un solo fin de semana en mayo, un turista murió en un robo fallido en un cenote, mientras que un tiroteo en Cancún dejó un muerto y seis heridos.
“Algunos temen que Tulum pueda seguir el camino de Acapulco, que sufrió un crecimiento explosivo no planificado y, más tarde, un crimen de drogas. Hoy es uno de los lugares más peligrosos en un país peligroso”, escribió Averbuch.
Los residentes dicen que la policía limpia rápidamente después de los tiroteos para evitar asustar a los turistas. Según El País, el gobierno envió a finales del año pasado unos 1.500 soldados de la Guardia Nacional, como refuerzo para toda la costa del Caribe mexicano.
Batallón de Seguridad Turística de la Guardia Nacional. Foto: ELIZABETH RUIZ/AFP vía Getty Images
“La extorsión es el delito silencioso en la zona. Las estadísticas oficiales, que van a la baja los últimos tres años, no reflejan la magnitud del problema”, dice el periódico.
Solo mexicanas, las autoridades tienen identificadas al menos a tres mafias: Sinaloa, Cartel Jalisco Nueva Generación y los restos del Golfo, el cartel que dominó en los 90 la costa este de México.
El turismo en Tulum y Cancún creció un 6% con respecto a 2019, y las aerolíneas decidieron ampliar la capacidad en los vuelos desde Estados Unidos, un 20% más de asientos que antes de la pandemia.
Las llegadas al Aeropuerto Internacional de Cancún superaron los 22 millones el año pasado, un 82% más que en 2020. En los últimos dos años se han construido más de 16.000 nuevas habitaciones en todo el estado de Quintana Roo.
Para el gobierno de México, el turismo es un motor clave de la economía. En junio de 2020 los hoteles ya estaban abiertos de nuevo y, en pocos meses, Cancún volvió a tener casi 500 vuelos por día.