En República Dominicana ha habido un aumento en la actividad equina, que va desde salto, polo, competencias de paso fino, enduro, rodeo y paso higüeyano hasta competencias de carreras (caballos pura sangre), rally a caballo y paseos.
Adicionalmente, ha crecido el desarrollo de los ranchos turísticos en los que se utilizan los caballos como parte de la oferta.
Sin embargo, al segmento equino a nivel local aún le falta alcanzar muchas oportunidades de crecimiento, de acuerdo con opiniones de entendidos en el tema. Plantean que no se ha alcanzado ni 50% de su potencialidad.
Lo que sí queda claro es que República Dominicana puede llegar a considerarse como una potencial “industria equina”. Y puede serlo, si se considera que en ella intervienen, por ejemplo, la producción de alimentos y heno, producción de líneas de medicamentos para caballos y la producción de aperos (equipamiento para montar caballo) que se importan y se fabrican también localmente.
Hay que citar que la talabartería (taller donde se fabrican correas y objetos de cuero), por sus buenas confecciones, ha tenido un empuje en las últimas décadas a nivel nacional e internacional. Es un aspecto que puede considerarse como una “revolución del caballo” en el país.
Aquí se cuenta con la industria de construcción de remolques para caballos, que en el pasado era muy limitada. Actualmente, una gran cantidad de talleres se dedica a ese tipo de labor.
Adicionalmente, hay un grupo de chalanes (domadores de caballos), entrenadores y médicos veterinarios que viven del subsector caballar. Hasta ahora no se cuenta con un registro certero sobre la cantidad de caballos que hay en el país.
Cuando se realizó el más reciente censo sobre esa parte (2002) se registró una cifra aproximada de 200 mil cabezas.
De acuerdo con datos oficiales de la Dirección General de Ganadería (Digega) la cantidad de caballos que hay corresponden a un mosaico racial del tipo criollo, el caballo de paso higüeyano, el de paso fino, cuarto de milla, Tennesse Walker y el caballo pura sangre inglés.
La diversidad
Otras líneas que se manejan son la de paso fino colombiano (quizás la más conocida porque viene desde la época de la dictadura de Rafael L. Trujillo, 1930-1961), la de salto y adiestramiento, y en menor medida la apalusa o appaloosa y la pura sangre de carrera. Cuando elCaribe le pregunta a la Digega cuál es el enfoque y la nueva visión que tiene en relación al interés nacional de impulsar el subsector caballar, su respuesta es esta:
“En el pasado la crianza de caballos no era un tema de interés nacional. Más bien se entendía que los caballos eran un instrumento para trabajar el ganado; además, los ganaderos lo utilizaban como animal de carga y no se le daba la importancia que se le debió de haber dado y que ahora le damos. República Dominicana está en la mira del mundo ya que es un país evidentemente turístico (…)”.
La institución asegura que el caballo se ha revalorizado, dado que otras ofertas turísticas en otros países, incluyen el turismo ecuestre, aspecto que falta por desarrollar y definir en el país. “Estamos dando gran importancia al tema y lo hemos estudiado a profundidad. Vemos todo aquello que le suma al país y a los diferentes sectores y subsectores de la economía”, indicó el organismo estatal.
Resaltó que es de gran valor que esta nación cuente con una raza propia, que pueda reflejarse como marca país y que precisamente se pueda desarrollar el turismo ecuestre y el potencial que existe para el ramo deportivo, como es la celebración de los torneos de polo internacionales y las competencias y mundiales de paso fino.
“Esto nos coloca en la mira; en primer lugar, por la calidad de nuestros ejemplares, además de nuestra ubicación geográfica y porque con el desarrollo de la industria turística, se puede potenciar el turismo ecuestre”, planteó la Digega, respondiendo a preguntas de este diario.
Desde su punto de vista, con la actividad caballar se puede apoyar adicionalmente el agroturismo y el ecoturismo.
Personas vinculadas al sector equino aconseja a las autoridades poner atención al citado renglón de la pecuaria, ya que el caballo dominicano por su calidad, virtudes y cualidades y fenotipos, podría ser un producto exportable.
Las botas, hebillas, sillas y explicaciones precisas
Para participar en un evento equino se requieren sillas, botas, hebillas, guantes, frenos y otras piezas, equipamientos estos que pueden fabricarse en zonas francas dominicanas.
Las enfermedades que pueden afectar a los caballos (no quiere decir que eso esté ocurriendo) son la anemia infecciosa equina, rinotraqueitis equina, influenza equina y tétano equino.
Para el tratamiento de la rinotraqueitis equina, influenza equina y tétano equino, en el país hay diversas casas comerciales que traen vacunas. Para la anemia infecciosa, a nivel mundial, no existe un tratamiento todavía.
Para la detección de esta enfermedad, se procese a realizar la toma de muestra del animal; se analiza y en el caso de positividad, el protocolo sanitario de la Organización Mundial de Sanidad Animal indica que el animal entonces debe ser sacrificado.