Los presidentes socialistas de la Comunidad Valenciana y de Canarias están repetidamente demostrando su apoyo al turismo, en contraste con los dirigentes de una izquierda más radical en Baleares y en Barcelona, donde los ataques son constantes al sector que sustenta su prosperidad (Barcelona, amenazada a largo plazo por la turismofobia de Colau).
En Levante, la última prueba de apoyo al turismo ha venido por parte del presidente Ximo Puig, que va a contradecir al gobierno central en sus trabas a los viajes del Imserso para aportar un plus dirigido a favorecer a los jubilados que se desplacen a destinos de su región como sobre todo ocurre en Benidorm (Se evita el desastre: ayudas a hoteles para salvar el Imserso).
En esa misma autonomía cabe destacar la lucha del secretario de Turismo, el también socialista Francesc Colomer, contra la tasa turística que intenta imponer la facción del gobierno valenciano que no es del PSOE, y que le está valiendo una serie de críticas desde sectores más extremistas, pero también y sobre todo una lluvia de elogios desde la sociedad civil (Rebelión socialista en contra de la tasa turística de la Comunidad Valenciana).
Las moratorias y las tasas, en contraste, vienen siendo uno de los caballos de batalla en los gobiernos de Francina Armengol y Ada Colau, a lo que se une en estas semanas de agosto una habitual oleada de declaraciones para estigmatizar al turismo poniendo énfasis en la «saturación» y la «masificación», y obviando cualquier beneficio social que comporta el sector.
Los cruceros, las vías públicas o los aeropuertos son algunos de los que concentran las críticas de los gobernantes en el archipiélago mediterráneo y en la Ciudad Condal, aunque se escapan de ellas el alquiler vacacional que ha sido precisamente el principal causante desde 2015 del gran aumento de turistas del que se quejan las autoridades más escoradas a la izquierda.
Precisamente, los gobernantes que hace siete años entraron en el poder tenían como una de sus banderas la contención del turismo, bajo un constante paradigma de cambio de modelo, pero finalmente el resultado ha sido más desorden a causa de las viviendas de corta estancia para uso turístico, alterando la convivencia y dificultando el acceso a una casa para residentes.
En Canarias, el presidente socialista Ángel Víctor Torres, tras reunirse en Lanzarote hace dos días con el titular del Gobierno de España, Pedro Sánchez, aprovechó también para destacar que la economía del archipiélago “es de fortaleza” tras la recuperación del turismo y que además refleja la mejora en la creación de empleo y en la reducción del paro respecto a variables precovid. Asimismo, Torres está recabando apoyos para que las islas atlánticas acojan la sede de la Agencia Europea del Turismo (Canarias, aspirante a sede de la Agencia Europea del Turismo).
Así, los distintos gobiernos autonómicos de izquierdas y el municipal de más peso están demostrando una sensibilidad opuesta al Turismo, puesto que Canarias y Comunidad Valenciana actúan para favorecer la prosperidad que difícilmente haya otro sector que redistribuya más, en contraste con las trabas y estigmatización sistemática de las autoridades baleares y barcelonesas.