El turismo comunitario sostenible consiste en una actividad socioeconómica en la que se articula con las comunidades el desarrollo de una oferta turística alternativa, bajo el marco de la sostenibilidad, la integración democrática de los actores y una estructura de gestión esquematizada en tres niveles: Política central, gestión territorial y el nivel de productos.
Este modelo turístico va de la mano con la estrategia nacional para el desarrollo del ecoturismo, contribuyendo en la diversificación de oferta turística, empoderando al territorio (comunitarios) en la gestión sostenible del mismo y generando a su vez mayores beneficios a las comunidades a partir del turismo.
República Dominicana desde 2010 ha estado recorriendo las sendas de la sostenibilidad, a partir del citado plan estratégico y la implementación del proyecto TURISSOP, un proyecto integrador público-privado con un enfoque en el empoderamiento comunitario hacia la creación de una marca municipal en la provincia de Puerto Plata. El resultado fue un ejercicio con resultados inesperados, 255 recursos naturales y 294 culturales fueron identificados, así como puestos en valor unos 62 productos turísticos que desmarcaban al destino Puerto Plata de su producto base “sol y playa”.
El nuevo modelo de fomento turístico funcionó, dando un espacio protagónico a las comunidades, permitiéndoles jugar un papel clave, y generando la inquietud de otros destinos y zonas del país por la implementación de ese innovador esquema.
El proceso no se hizo esperar y en abril de 2016 iniciaba un nuevo programa, el modelo de Turismo Comunitario Sostenible (TCS) enfocado en el fortalecimiento de las capacidades y coordinación territorial con un alcance muy superior, la región norte y sus catorce provincias.
Nueva vez los recursos locales, fueron foco del fomento de unidades productivas, así como de grupos territoriales generando destinos regionales, circuitos y corredores.
El papel de la Agencia de Cooperación Japonesa ha sido determinante en el progreso del turismo comunitario sostenible, con resultados presentados este mes de febrero de 2022, más que esperanzadores. 41 nuevos productos, 31 unidades productivas, 82 acciones pilotos, 1,800 familias impactadas directamente, unas 3,234 personas capacitadas en TCS, gracias al liderazgo del Infotep en el proyecto, y en especial 52 grupos comunitarios de 14 destinos integrados.
Apostar por la diversificación a partir de la democratización de la planificación de desarrollo territorial y el involucramiento de los actores ha generado en la región Cibao una propuesta de valor en la que los destinos emergentes a partir de un acompañamiento técnico han logrado ser un 18% más competitivo, según informes de la JICA de este mes de febrero de 2022.
El reto está pautado, pues de cara al 2030 el turismo comunitario sostenible debe continuar robusteciendo su gestión estratégica, a partir del fortalecimiento de los productos y recursos, así como de los grupos territoriales; promocionando sus ofertas a través de las TIC, desarrollando sus recursos humanos y mejorando la gobernanza como las acciones tendentes a una resiliencia turística en estos nuevos tiempos de la covidianidad.