La imaginación de los turistas no tiene límites a la hora de viajar. Y aquellos destinos oscuros, marcados por la tragedia, también están en la mente de muchos de ellos. Por ejemplo, en España son cada vez más los viajeros que deciden pasar por Belchite. La batalla que tuvo lugar en este pueblo de Zaragoza entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937 asoló el pueblo.
El pueblo quedó devastado, pero en vez de reconstruirlo, el régimen franquista decidió levantar un Belchite nuevo al lado, dejando las ruinas del anterior como recuerdo de la guerra civil. Hoy, 85 años después, existen visitas guiadas para entrar al antiguo pueblo; tanto diurnas como nocturnas.
Por ejemplo, en México tenemos la famosa Isla de las Muñecas, un macabro lugar situado en plena Ciudad de México donde un sinfín de siniestras muñecas cuelgan de los árboles. La presencia de estas muñecas data de los años 50 del pasado siglo, momento en que el dueño de la isla decidió colgarlas de los árboles para ahuyentar, asegura, el espíritu de una joven que se ahogó en las aguas del canal que la circunda. Un lugar tan macabro como concurrido.
En realidad, este tipo de turismo, también llamado en España tanatoturismo (por visitar lugares en los que se desarrollaron algunos de los acontecimientos más oscuros de la historia de la humanidad) se ha puesto de moda. En parte, gracias a la miniserie de HBO «Chernobyl» y a la serie de Netflix «El otro turismo».
Por eso, en Passport Photo Online han decidido encuestar a más de 900 personas para arrojar algo de luz sobre el tema del turismo oscuro, descubrir las motivaciones de los viajeros para visitar destinos macabros, así como explorar la controversia y la ética que hay detrás.
Los datos más relevantes son los siguientes (y se resumen en la infografía posterior)