El dato no ha salido a la luz de manera oficial, y ninguna de las partes ha querido pronunciarse al respecto. Sin embargo, algunas fuentes confirman que, en el acuerdo de fusión, se establecieron unas cláusulas que sostenían que cada compañía sería responsable única de las posibles contingencias que surgieron a futuro.

Y esto lo sufrió Globalia. Halcón Viajes, su división de agencias, se vio inmersa en varios procesos legales, obligando a su matriz a hacer frente a unas facturas que era incapaz de pagar debido a su delicada situación económica. Ello, unido a que lo consideran un negocio difícil, llevó a Hidalgo a aceptar el precio de un euro muy a su pesar, según El Confidencial .

Se trata de un valor insignificante si tenemos en cuenta que la tasación de la sociedad resultante en 2018 era de alrededor de 500 millones de euros. Además, estamos hablando de una empresa que ha llegado a facturar 4.000 millones conjuntamente.

Como publicó Preferente.com, tanto el presidente de Globalia como su hija mayor se vienen mostrando muy afligidos por toda esta situación, y también indignados con Simón Pedro Barceló por el golpe que les ha dado.

El máximo accionista y María José Hidalgo recibió la solidaridad de algunos colegas del sector, conscientes de que este trance les ha supuesto derramar lágrimas, debido al apego que tenían a sus emisores, y a la manera en la que se ha expulsado a sus directivos de Ávoris.

Ahora a Hidalgo sólo le queda una bala: Air Europa, y en ello se volcará en los próximos meses. La aerolínea continúa en el proceso de compra por parte de Iberia, y el empresario salmantino baraja dos opciones: mantener parte de las acciones, o venderla a un gran precio.

Pese a que la cifra de la que se habla en las últimas semanas es de 500 euros, el varapalo recibido de manos de Barceló puede llevar a Hidalgo a no querer malvender la compañía y volver a sus pretensiones iniciales: 1.000 millones.