No hay tiempo para aburrirse en esta fantástica localidad portuaria al este de la capital de República Dominicana. La Romana es la tercera ciudad más importante del país después de Santo Domingo y Punta Cana, con quienes comparte popularidad en lo que a oferta turística se refiere. Playas, historia, museos y un extenso catálogo de excursiones y actividades acuáticas le otorgan a esta zona de la isla un atractivo muy especial.
Su aeropuerto internacional constituye la principal puerta de entrada a este encantador destino turístico en el que la calidad y la excelencia son la tarjeta de presentación. En los estupendos hoteles de La Romana el visitante se encuentra con una oferta de alojamiento de gran categoría que le permite disfrutar de una experiencia vacacional única en un entorno idílico.
Extensos campos de caña de azúcar y palmeras de cocos van dando paso a playas paradisíacas y tupidos bosques como los del Parque Nacional Cotubanamá, en los que abundan las expresiones de arte rupestre taíno. La riqueza natural desborda esta pequeña región del Caribe dominada por la calma, el buen tiempo y el sabor de la mejor gastronomía criolla con toques hispanos y africanos.
Las vacaciones en La Romana también tienen su punto de sabor urbano. Se puede encontrar en torno al Parque Duarte y la iglesia de Santa Rosa de Lima, la parte más céntrica de la ciudad, y en los distritos de La Caleta y Buena Vista Norte. En el extremo opuesto a las edificaciones más modernas se encuentra Altos de Chavón, la réplica de una ciudad medieval mediterránea con una atmósfera única para disfrutar de la faceta más artística del lugar y de una oferta de ocio alternativo única en este paraíso caribeño.
A mitad de camino entre Santo Domingo y Punta Cana, en la costa caribeña de República Dominicana, se encuentra el popular destino turístico de La Romana. Con una temperatura promedio de 26ºC, esta ciudad es una estupenda alternativa de ocio y diversión al aire libre en cualquier época del año. La mayor parte del territorio está dedicada a la siembra de caña de azúcar y se divide en bayetes, pequeñas colonias habilitadas con viviendas y facilidades para los jornaleros. Pero este carácter eminentemente rural de la provincia no ha impedido el desarrollo de La Romana desde el punto de vista turístico.
Aquí se encuentran algunas de las playas más populares de la isla para la práctica de submarinismo. Hermosos arrecifes de coral y misteriosos pecios enriquecen la vida y la belleza de estos fondos marinos que constituyen un auténtico museo sumergido. A muy poca distancia de estas costas, las localidades de Dominicus y Bayahíbe completan un plan vacacional perfecto con una amplia oferta de actividades para todas las edades.
Altos de Chavón
En la cima de una meseta y rodeada de vegetación se erige esta original réplica de un pueblo mediterráneo del siglo XVI. El encanto de su arquitectura medieval y sus fantásticas vistas sobre el río atraen a infinidad de viajeros de todo el mundo. Bares, tiendas de ropa, talleres de joyas y artesanía, la iglesia de San Estanislao y su anfiteatro de estilo griego completan la belleza del paisaje natural de este pintoresco lugar.
Cueva de Las Maravillas
El Parque Nacional Cueva de las Maravillas es uno de los más importantes del país y del Caribe. En sus paredes se pueden encontrar pictografías y petrogliflos de hace miles de años en excelente estado de conservación y fácilmente accesibles a través de un recorrido de rampas y senderos. Impresionantes muestras de estalactitas y estalagmitas acompañan este espectáculo de arte taino en torno al espectacular lago artificial conocido como el Espejo del Agua.Isla Catalina
A pesar de sus reducidas dimensiones (apenas 15 kilómetros cuadrados), Isla Catalina es una visita muy popular entre quienes pasan unos días de vacaciones en La Romana. Más de las dos terceras partes de su línea litoral están ocupadas por tres playas que se abren paso entre farallones y acantilados de extrema belleza. Por las abundantes riquezas de sus fondos marinos es un lugar sensacional para la práctica de submarinismo.Isla Saona
Conocida por los aborígenes como ‘Adamanay’, la isla terminaría recibiendo el nombre del navegante italiano que atracó en ella durante la conquista del Nuevo Mundo. Junto a poblados de pescadores y criaderos de marisco se extienden hermosas playas paradisíacas con fondos coralinos, impactantes cuevas que recuerdan el pasado indígena de la isla y vastos palmerales que son el hogar de más de una decena de especies endémicas.