Las centrífugas del turismo

Las centrífugas del turismo
Las centrífugas del turismo

El turismo se ha convertido en uno de los principales dinamos de la economía dominicana. De eso no hay dudas.

Entroncado con otras fuentes igualmente poderosas, como la minería, las exportaciones y manufacturas de rubros agrícolas, el turismo es el eje de otros soportes vitales de la economía.

El principal activo del país son sus bellezas naturales, el clima de estabilidad y garantía para atraer inversiones foráneas.

Su moneda principal: la hospitalidad de los dominicanos, que nunca se devalúa.

Con la pujanza en la ampliación de sus destinos turísticos, algunos con fama internacional, la construcción de miles de nuevas habitaciones hoteleras, restaurantes y residenciales en sus entornos, esta industria tiene mucho futuro.

Una prueba palpable es el sostenido aumento de las visitas de turistas, solo menguado en el año de la pandemia, con el récord de llegadas de 7 millones 165 mil de ellos y más un millón 311 mil de cruceristas o visitantes de corto tiempo en el 2022.

La actividad, en conjunto, generó más de ocho mil millones en divisas al país, lo que revela el impacto de su contribución al crecimiento de la economía.

Con las expectativas puestas en un impulso mayor a esta industria, sus principales actores, tanto del sector público como del privado, concurren esta semana a la Feria Internacional del Turismo (FITUR) en Madrid, España.

Tanto esta feria como otras de igual naturaleza constituyen espacios en los que se gestionan inversiones para infraestructuras, operaciones de líneas aéreas y navieras, excursiones y otras actividades productivas colaterales.

El pastel es grande y por eso los países con más atractivos y facilidades pujan en esas ferias por lograr las mayores tajadas, lo que implica ofrecer garantías reales de que el destino lo vale.

En el grado en que el turismo se expande y fortalece, asimismo se refleja en la producción y calidad de los productos que consumen los visitantes y los miles de empleos que crean las nuevas infraestructuras hoteleras, de servicios básicos, como la electricidad, y las “segundas viviendas” de nativos o extranjeros.

Por esas y otras razones, el turismo debe seguir siendo una de nuestras más caras apuestas en el esfuerzo por cimentar el desarrollo y bienestar del país.

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