La crisis peruana cierra el Machu Picchu

La crisis peruana cierra el Machu Picchu
La crisis peruana cierra el Machu Picchu

Machu Picchu, una de las siete maravillas del mundo moderno y joya del turismo en Perú, es una de las víctimas colaterales de la crisis política que sufre Perú. Debido a las protestas, que comenzaron en diciembre tras el autogolpe de Estado de Pedro Castillo y el nombramiento de Dina Boluarte como presidenta, fue cerrado el aeropuerto de Cuzco así como el tren que lleva a los turistas hasta la ciudadela inca enclavada en los Andes.

Desde el 13 de enero ya no es posible acceder al lugar, pues el Ferrocarril Trasandino suspendió hasta nuevo aviso la ruta que une Ollantaytambo con Machu Picchu debido al bloqueo de la vía férrea en el kilómetro 76, cerca de la localidad de Chilca. Este hecho suspende hasta nuevo aviso las visitas a la ciudadela inca, que concentra el 85 por ciento del turismo que llega al país andino. El daño económico a la industria turística es inconmensurable.

Matt H. Cunliffe, una de las últimas personas que pudieron acceder a la ciudadela inca, escribió sobre su visita el 11 de enero pasado que de regreso el autobús que une la ciudadela de Machu Picchu con Cuzco fue cancelado y tuvieron que caminar durante horas hacia la capital.NOTICIA RELACIONADA

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AGENCIAS

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«Finalmente regresamos a nuestro hotel. Si planean venir de visita, todo en Perú puede cambiar en un instante», alertó Cunliffe, resumiendo así todo lo que ha sido la crisis política y social que sacude el país donde desde el 2016 ha habido seis presidentes.

Desde que comenzaron las protestas contra el Gobierno de Dina Boluarte han muerto medio centenar de personas. Durante las manifestaciones del miércoles pasado, la policía disparó y mató al dirigente de la comunidad campesina de Anta, en Cuzco, Renzo Candia, lo que encendió aún más las protestas en Cuzco, Ayacucho, Puno, Tacna y la capital de Perú, Lima.

«Tenemos una crisis que se inició con la pandemia, que siguió con los 16 meses del Gobierno de Pedro Castillo, la otra pandemia, donde se busco enfrentar a unos contra otros; y cuando empezaron las protestas buscaron tomar de modo estratégico los aeropuertos en el sur del país», explica a ABC Juancho Stoessel, CEO de hoteles Casa Andina.

«En diciembre hubo una crisis porque los turistas se quedaron atrapados en Machu Picchu durante días pues se malograron las vías del tren, una situación similar sucedió en la ruta que une Cuzco y Puno. Estos hechos afectan mucho la imagen del país«, lamenta Stoessel.

El CEO de Casa Andina se enorgullece de que «nadie tiene un vestigio histórico como Machu Picchu en Suramérica. Es la joya de la corona del turismo. Si no pueden venir a Machu Picchu es muy difícil vender el país, es como ir a Egipto y no visitar las pirámides. El turista planea venir en otro momento. Y así se pierden cuatro millones de trabajos al año».

«Si no pueden venir a Machu Picchu es muy difícil vender el país, es como ir a Egipto y no visitar las pirámides»

Juancho Stoessel

CEO hoteles Casa Andina

A pesar de lo que ha sucedido, Stoessel se muestra optimista: «Veo una luz al final del túnel porque el Ejecutivo ha rearmado sus equipos para hacer campañas de promoción de la imagen del país en el exterior. Pero mientras tanto hay una gran agresividad entre los manifestantes que no se veía desde la época del terrorismo y la hiperinflación en los ochentas. Confío en que saldremos de esta crisis».

Cancelaciones

Las protestas han afectado la imagen del Perú en el exterior y por esa razón los turistas han cancelado –hasta mayo próximo inclusive– la visita al país andino, según señaló el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Luis Fernando Helguero.

Según el Banco Central de Reserva (BCR) del Perú, el ingreso de divisas por la entrada de turismo a Perú ascendió a 1.900 millones de euros el año pasado, cifra muy lejos todavía de los 4.340millones de euros contabilizados en 2019, antes de la pandemia.

En 2022 se esperaba la llegada de 3.5 millones de turistas extranjeros al país, pero según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo solo llegaron dos millones. Menos de la mitad de visitantes que eligieron el país andino para pasar sus vacaciones en 2019, año en el que se registró la llegada de 4.4 millones de turistas internacionales.

Antes del Covid-19, Machu Picchu recibía del orden de 4.000 personas al día, lo que significaba 1.5 millones de visitantes al año

Antes del Covid-19, Machu Picchu recibía del orden de 4.000 personas al día, lo que significaba 1.5 millones de visitantes al año, siendo los meses de julio y agosto lo que recibían más afluencia de personas. Los paquetes de turismo desde Europa, Asia y América del Norte se organizan teniendo la visita a Machu Picchu en Cuzco como plato principal, al que se pueden sumar visitas a Arequipa, Ayacucho, Puno y una estancia de dos días en Lima para hacer un paseo gastronómico.

Desde Cuzco también se organizan viajes a las reservas de la Amazonía en el Manu y en Tambopata, lo que convierte el paseo en un viaje de lujo para los amantes de la cultura andina y una de las biosferas más ricas del planeta.

Numerosos turistas intentan acceder al tren que hace la ruta al Machu Picchu, cerrado durante las protestas

Numerosos turistas intentan acceder al tren que hace la ruta al Machu Picchu, cerrado durante las protestas REUTERS

Una joya redescubierta

La ciudadela de Machu Picchu fue construida en el siglo XV, durante el gobierno del inca Pachacutec (el transformador del mundo), entre el camino que une los Andes con la Amazonía y sobre el río Urubamba que confluye kilómetros arriba con el río Amazonas. Según la historiadora María Rostworoski, que realizó la historia de Pachacutec, Machu Picchu fue abandonado por la viruela y redescubierto por el investigador de Estados Unidos Hiram Bingham en 1911.

Poco después, la ciudadela inca apareció en un artículo en ‘The National Geographic’, firmado por Bingham, lo que coincide con el empuje editorial del peruano Albert Giesecke, rector de la Universidad San Antonio Abad en Cuzco. La elaboración de guías de viajeros, la aparición en dibujos animados como el Pato Donald y en libros de investigación de la corriente indigenista hizo que el Machu Picchu ingresara en el imaginario cultural. Gracias al auge del turismo, este se ha convertido «en promotor de la cultura andina y la historia incaica como partes importantes de la identidad nacional del Perú moderno», según el historiador Mark Rice, quien es autor del libro ‘Destino Machu Picchu. La política del turismo en el Perú del siglo XX’.

Apenas 130 kilómetros separan Machu Picchu de Cuzco, una ruta que solo se puede realizar en tren. En el camino se observa el ralo paisaje de las altas montañas, que da paso a la exuberante geografía de la selva donde nace el río más caudaloso del mundo: el Amazonas. La ruta hacia Machu Picchu además del paseo en tren incluye un paseo en bus que te sube de las faldas de la montaña a la cumbre, desde donde se llega a la ciudadela rodeada de nubes y belleza sin igual.

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