TikTok está atiborrado de videos y memes que muestran a sonrientes dominicanos que desde Nueva York dan cuenta a sus coterráneos de que «la vuelta es por México», mientras en la vida real crecen los reportes de dominicanos detenidos, inadmitidos, devueltos, náufragos o ahogados. Hacer «la vuelta” es una frase entre dominicanos para referirse a los caminos de la emigración ilegal.
Este mismo 24 de enero de 2023, una «yola”, como se les llama a los botes de migrantes en el Caribe, fue interceptada por la Guardia Costera estadounidense, que reportó la repatriación de 58 dominicanos y 7 haitianos a República Dominicana. La yola se encontraba a punto de naufragar cruzando aguas del mortífero Pasaje de la Mona, rumbo a Puerto Rico. Según el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, los dominicanos coparon el 83 por ciento de todas las detenciones en 2022. Así, la cifra de detenciones de dominicanos aumentó 13 veces en solo un año.
¿Se puede hablar de una ola de migrantes de la República Dominicana? «Claro que sí”, reitera a DW la abogada dominicana Altagracia Jean Joseph, «aunque nuestros gobernantes no lo quieran admitir”, acota. Según la jurista, «la gente está escapando del altísimo costo de vida, la corrupción, la violencia. Está huyendo del sistema de salud colapsado, del desempleo en los jóvenes, a los que apenas habiendo terminado la universidad les exigen experiencia de años”. Según esta defensora de Derechos Humanos, «las oficinas de expedición de pasaportes están abarrotadas de personas que, cuando salen con pasaporte, en mano venden sus cosas para salir del país”.
«Durante los últimos cuatro meses de 2022, se otorgó la cifra récord de más de 280.000 pasaportes”, reporta el Listin Diario. Por avión, los destinos preferidos son Guatemala, El Salvador, Nicaragua, pero también Colombia, Ecuador y Chile, países que no exigen visa a los dominicanos.
O no exigían, porque este 25 de enero el Gobierno de Guatemala impuso de nuevo visa a los dominicanos, ante el creciente número de visitantes que llegan por avión como turistas, pero luego toman rumbo a México y Estados Unidos como migrantes. Solo entre 2021 y 2022 aumentó el número de inadmisiones de dominicanos en un 250 por ciento, según el Instituto Guatemalteco de Migración.
En entrevista con DW, Josué Gastelbondo, jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones en República Dominicana (OIM), prefiere no hablar de «ola”, sino de «mayor visibilización”, debido a más estrictos controles migratorios y persecución policial, y lo pone en contexto: «La República Dominicana, con cerca de 11 millones de habitantes, tiene 2.8 millones de ciudadanos viviendo en el exterior, la mayoría en EE.UU. Hay lazos muy fuertes entre la inmensa diáspora y los que viven en República Dominicana”.
Esto quiere decir que, alrededor del 27 por ciento de los dominicanos vive por fuera del país. Tantos que «en Nueva York viven más dominicanos que en Santiago, la segunda mayor ciudad después de Santo Domingo, la capital”, indica el experto de la OIM.
Ahora bien, prosigue el jefe de la OIM en República Dominicana, «una parte de los dominicanos viaja legalmente y otros corren riesgos mayores”. El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM documentó al menos 321 muertes y desapariciones de migrantes en el Caribe en 2022, siendo esta la mayor cifra desde 2014. La mayor parte de los migrantes que murieron o desaparecieron eran de Haití (80), Cuba (69), la República Dominicana (56) y Venezuela (25).
La causa principal de muerte son los accidentes en altamar. La OIM realiza un estudio a publicarse en pocos meses que promete más precisión sobre cifras de migrantes, rutas, costos, riesgos y la trata de personas.
En República Dominicana, los turistas usan botes de lujo para el esparcimiento, los dominicanos salen en «yola» rumbo a Puerto Rico
Lo cierto es que los dominicanos de menos recursos toman la ruta más peligrosa: «Cada día zarpan desde República Dominicana dos o tres yolas con entre 30 y 40 personas rumbo a Puerto Rico. Por lo general, una sola logra llegar a Puerto, las otras son interceptadas o naufragan en el peligrosísimo Paso de la Mona”, narra a DW el jefe de Misión de la OIM. «Mientras los traficantes de personas cobran unos 20 mil dólares por «la vuelta” en avión hacia América Central, por ejemplo, el costo de «la vuelta en yola” puede costar unos $ 6,000”, precisa Gastelbondo.
Se estima que en Puerto Rico hay unos 300.000 dominicanos, de los cuales cerca del 70 por ciento están en condición migratoria irregular. Allí, mientras cada vez más puertoriqueños se van al continente, más dominicanos llegan a suplir la alta demanda de mano de obra: «Tras la devastación del huracán María (septiembre de 2017) muchos dominicanos han encontrado trabajo en la reconstrucción”, dice Gastelbondo, quien destaca la atracción que ejerce la diferencia de salarios: «Un obrero dominicano en Puerto Rico puede ganar lo que se ganaría en República Dominicana en un día: 15 dólares”.
En realidad, concluye la jurista Altagracia Jean Joseph, «la República Dominicana padece de otra crisis, aparte de la migratoria, que es la crisis social y de valores, evidente, según esta defensora de Derechos Humanos, en quienes teniendo familia, empleo o un negocio lo venden todo para abandonar el país rumbo a Estados Unidos, preferentemente. A eso se suma, advierte Altagracia Jean Joseph, que el Gobierno solo ofrece expectativas para unos pocos, por lo que en muchos cunde la idea de que la vuelta no es por nuestro país, sino por México, rumbo a Nueva York, cuando el eslógan que debiera imperar es «la vuelta es por República Dominicana”.