La movilización dentro de la Ciudad de México con un perro, gato o cualquier otra mascota es, en ocasiones, todo un problema si no se cuenta con un automóvil propio, para este tipo de situaciones el transporte público se convierte en la alternativa ideal en caso de que el viaje sea muy largo, sin embargo, no es tan sencillo como parece.
Aunque existen varias alternativas de transporte dentro de la capital del país, muchos de estos servicios impiden el paso con animales domésticos y son contados los espacios en los que pueden estar a bordo.
De acuerdo con el Reglamento de la Ley de Movilidad de la Ciudad de México en su Artículo 161 en su fragmento XI, está prohibido “transportar animales, excepto los autorizados por las disposiciones jurídicas aplicables”.