República Dominicana ha fortalecido su presencia en el sector del turismo de cruceros desde la inauguración de puerto de Amber Cove, en Puerto Plata, en 2015, por lo que ya son ocho años de un cambio en la dinámica económica de esta ciudad localizada al norte del destino número uno del Caribe.
Hasta ese año, el puerto de La Romana era el más activo del país, seguido por Sansoucí, en Santo Domingo; sin embargo, no se lograba alcanzar las cifras que destinos como Puerto Rico o Saint Maarten exhibían por aquel entonces.
Samaná ha sido otro de los destinos para la llegada de cruceros bajo la modalidad de fondeo. No obstante, se ha enfrentado a diversas situaciones que ha tenido que trabajar para garantizar la llegada de barcos a este polo que cuenta con una interesante oferta de atractivos y excursiones, en especial en la temporada de ballenas jorobadas.
El esfuerzo por parte de la dirección de cruceros del Ministerio de Turismo (Mitur) y de la Autoridad Portuaria, para brindar las facilidades de inversión y coordinar los elementos necesarios para que República Dominicana sea hoy un importante destino de cruceros, ha llevado años, en los cuales el país ha sido reconocido en el extranjero por la Florida-Caribbean Cruise Association (FCCA) y ocupa un rol esencial en la feria Seatrade Cruise Global, además de haber sido sede de eventos regionales de gran envergadura en este segmento.
Esto contribuye a que República Dominicana sea considerada para recibir inversiones en la construcción de terminales de cruceros por empresas internacionales, como el Consorcio ITM Port Investments que, mediante un contrato de concesión firmado en 2018, lleva a cabo la ejecución del plan que permitirá el desarrollo y las operaciones del puerto Taíno Bay como parte del proyecto Taíno Park, en Puerto Plata, con capacidad de hasta tres buques en su muelle, como ya ha ocurrido recientemente.
En ese sentido, desde su inauguración, en diciembre 2021, la llegada de cruceros a este destino se ha mantenido con un incremento sostenido, con hasta cuatro y cinco cruceros en un día, y en temporada de cruceros del Caribe (noviembre a marzo) mantiene un promedio de unas 70 a 80 embarcaciones al mes. Al sumar estas cifras a las llegadas de cruceros a La Romana, incluida isla Catalina y la Marina de Casa de Campo, así como a Samaná y Santo Domingo, el resultado es una media de 100 toques de cruceros por mes. En ocasiones hay cruceros que visitan dos o tres destinos de República Dominicana.
Cifras que hablan por sí solas
En 2022, República Dominicana recibió 1.311.129 cruceristas, la mayor cantidad de este tipo de visitantes en toda su historia; en 2017 había recibido 1.107.966, además de ser el primer año en que se sobrepasaba la barrera del millón de pasajeros de cruceros. En 2016 registró la llegada de 804.185 cruceristas, año en que superaba por segunda ocasión la barrera del medio millón; en 2015 fueron 528.999 los que arribaron por esa vía.
En 2018, el país descendió el ritmo de crecimiento en la llegada de cruceristas, al recibir 982.329. Al año siguiente superó, por segunda ocasión, la marca del millón de pasajeros, 1.103.898, y en 2020, por los efectos de la pandemia, apenas tuvo oportunidad de darles la bienvenida a 342.872; en 2021 la cifra tampoco fue halagüeña, apenas 325.348 cruceristas.
Las estadísticas para 2023 se perfilan con cifras superiores a las de 2022. Y 2024 podría ser un año aún más satisfactorio, con la incorporación de Port Cabo Rojo, con una programación de llegada de cruceros a partir de enero por parte del crucero Norwegian Sky de la empresa Norwegian Cruise Line (se prevé, aunque puede estar sujeto a cambios, una llegada en enero, dos en febrero, una en marzo y otra en abril).
El gran destino del Caribe
Este sería uno de los motivos por los cuales República Dominicana se perfila como el gran destino de cruceros de la región del Caribe, pues, además, hay que mencionar otros tres proyectos. Uno de ellos es la nueva terminal turística y de cruceros de Samaná (Samaná Bayport), que contará con uno de los muelles con la mayor tecnología del segmento, con un sistema retráctil, a cargo del Consorcio de Terminales Marítimas de Samaná (TEMARSAM), cuyo proyecto está llamado a convertirse en el catalizador del desarrollo turístico, económico e inmobiliario de Samaná y del nordeste del país.
Otro proyecto que se encamina pronto a iniciar su desarrollo es la adecuación y transformación del puerto Duarte en Arroyo Barril, Samaná, en terminal de cruceros y zona de facilidad turística, bajo la modalidad de alianza público-privada y que ha sido asignada al Consorcio ITM Port Investments, que también tendrá a cargo el desarrollo del muelle y la terminal de cruceros de Barahona.
República Dominicana está apostando al desarrollo de este segmento, por lo que se estima que entre finales de 2024 y 2025 ya podría contar con siete puertos de cruceros, además del destino isla Catalina y Cap Cana (que ha recibido algunos cruceros) y la Marina de Casa de Campo. El beneficio económico sería palpable en los destinos de cada una de estas terminales, lo cual da cabida a la adecuación de espacios y lugares para diversas actividades culturales, gastronómicas, de excursión, entretenimiento, etc.