Para el próximo año 2024, la Asociación prevé aún más crecimiento, alcanzando los 23.800 millones. También para este siguiente año, se espera que viajen unos 4.700 millones de personas, lo que pondría fin a los tres años de pérdidas por el impacto de la pandemia.
Los ingresos de este año aumentarían un 21,7% respecto a 2022
IATA espera que los beneficios netos de la industria aérea alcancen los 21.500 millones de euros en 2023 y asciendan aún más en 2024, llegando a los 23.800 millones de euros. Esto terminaría por dejar atrás tres años de pérdidas por el impacto de la crisis de la Covid-19.
Según sus previsiones, los ingresos este año totalizarán 831.000 millones de euros, un aumento interanual del 21,7% y cifra por primera vez superior a la de 2019. Para 2024, los ingresos ascenderán otro 7,6% hasta los 893.000 millones de euros, mientras que el crecimiento de los gastos será ligeramente inferior, del 6,9%, para un total de 846.000 millones de euros.
Por su parte, se espera que unos 4.700 millones de personas viajen en 2024, un máximo histórico que superaría el nivel prepandémico de 4.500 millones registrado en 2019. «Considerando las enormes pérdidas de años recientes, el beneficio neto de 23.800 millones que se espera en 2024 es un premio a la resiliencia de la aviación», afirma el director general de la IATA, Willie Walsh.
«La gente ama viajar y ello ha ayudado a las aerolíneas a regresar a los niveles de conectividad que había antes de la pandemia, con una velocidad extraordinaria pero que ha costado al Sector cuatro años de crecimiento», añade.Según Walsh, «la velocidad de la recuperación ha sido extraordinaria», pese a que la pandemia le ha costado a la aviación unos cuatro años de crecimiento. «A partir de 2024, las perspectivas indican que podemos esperar patrones de crecimiento más normales, tanto para pasajeros como para carga», asegura.
Eso sí, el margen de beneficio neto que se prevé, del 2,7%, está «muy por debajo de lo que aceptarían los inversores de casi cualquier otro Sector. Las aerolíneas siempre competirán ferozmente por sus clientes, pero siguen estando demasiado lastradas por una regulación onerosa, la fragmentación, los elevados costes de las infraestructuras y una cadena de suministro poblada de oligopolios».
Por otra parte, un tercio de los viajeros afirma que viaja más que antes de la pandemia. Por su lado, alrededor del 49% indica que sus hábitos de viaje son ahora similares a los de antes de la pandemia y sólo el 18% dijo que viajaba menos. De cara al futuro, el 44% afirma que viajará más en los próximos 12 meses que en los 12 meses anteriores. Sólo el 7% dice que viajará menos y el 48% espera mantener niveles de viajes similares en los próximos 12 meses a los de los 12 meses anteriores.
Desde IATA, señalan que la rentabilidad de la industria es frágil y podría verse afectada (positiva o negativamente) por muchos factores. La reducción de la inflación, las bajas tasas de desempleo y la fuerte demanda de viajes son acontecimientos positivos. No obstante, podrían surgir tensiones económicas.
Los impactos operativos de la guerra de Ucrania y de la guerra entre Israel y Hamas se han limitado en gran medida a desvíos debido a los cierres del espacio aéreo. Por el lado de los costes, los conflictos han hecho subir los precios del petróleo, lo que está afectando a las aerolíneas a nivel mundial. Una paz inesperada en uno o ambos casos traería beneficios a la industria, pero cualquier escalada podría producir un escenario económico global radicalmente diferente al que la aviación no sería inmune.