Los impactos de la pandemia de covid-19 han transformado la manera en que las personas conciben su vida y experimentan el turismo, llevando a los viajeros a priorizar actividades de relajación y salud al momento de seleccionar los destinos que visitarán.
Los informes más recientes del Instituto de Bienestar Global (GWI, por sus siglas en inglés) indican que, aunque el mercado experimentó una caída significativa entre 2019 y 2020, descendiendo de US$720 mil millones a US$351 mil millones, es evidente la recuperación que ha tenido el sector luego de la pandemia, logrando un crecimiento anual del 36%.
El Monitor Global de Economía del Bienestar 2023, desarrollado por la GWI, revela un interés creciente de los viajeros en el “bienestar”, pronosticando que el mercado se duplicará en los próximos años.
Según las cifras del gasto de los turistas, se registra que alcanzaron los US$651,000 millones en 2022 y podrían superar los US$868 mil millones en 2023.
La entidad proyecta que para el 2024 se alcance la cifra de un billón de dólares y para 2027 se espera que el gasto total ronde US$1.4 billones. Con una tasa de crecimiento anual del 16.6% en los próximos cinco años, se perfila como el segundo líder de crecimiento en todos los sectores de bienestar, solo superado por el sector inmobiliario de bienestar con un 17.4%.
“El turismo de bienestar está experimentando un crecimiento sustancialmente más rápido que el turismo tradicional”, sostiene el informe. En 2022, los viajeros llevaron a cabo 819.4 millones de viajes nacionales e internacionales, representando un aumento significativo en comparación con los niveles de 2020 y 2021.
Los turistas enfocados en el bienestar muestran un gasto más elevado en comparación con los turistas convencionales, con un promedio de US$1,764 por viaje, un 41% más alto que el turista típico.