El mundo está repleto de gemas y minerales fascinantes, pero pocos despiertan la imaginación y la curiosidad como el larimar. Conocido como la “piedra del Caribe” o “piedra del cielo”, el larimar es una joya única que se encuentra exclusivamente en la República Dominicana. Desde su descubrimiento en la década de 1970, esta piedra preciosa ha cautivado a coleccionistas, joyeros, artesanos y amantes de la naturaleza por igual.
Diseñadora de joyas y segunda generación de un legado de artesanía, emprendimiento, cultura y amor por las gemas. En representación del Museo del Larimar, creado por sus padres Jorge Caridad y Arelis de Caridad, nos habla de la pectolita de un vibrante color azul que merece seguir siendo descubierta y amada.
El larimar tiene un cautivador color azul que se asemeja a los diversos tonos del mar Caribe, desde azul claro hasta tonos más verdosos. Tanto es así que a menudo se confunde con la turquesa.
El larimar fue descubierto en 1916, pero no fue hasta 1974, más de 50 años después, que Miguel Méndez y Norman Rilling lo redescubrieron al encontrar piedras azuladas en Bahoruco.
Su popularidad ha aumentado debido a diversos factores, pero definitivamente su procedencia rara la convierte en una gema codiciada a nivel internacional.
¿Qué es el larimar?
A simple vista, el larimar es una gema semipreciosa. Pero a nivel científico, es una pectolita, un mineral del grupo de los silicatos. Además, es la única pectolita de coloración azul. Solo existe una mina en todo el mundo y se encuentra en Barahona, en el suroeste de la República Dominicana.VER TAMBIÉN
La diversidad es su magia. Esta gema natural presenta una diversidad de patrones y tonos, lo que significa que no es común verla en un color plano. Tiende a tener cierta degradación de azules y vetas blancas que crean irregularidades de color en cada gema, haciéndolas únicas.
El 23 de abril de 2018, el Congreso Nacional declaró el 22 de noviembre de cada año como el Día Nacional del Larimar, lo que representa el reconocimiento nacional más significativo.
El Museo del Larimar abrió sus puertas al público en 2001 para dar a conocer los hallazgos científicos sobre la piedra hasta ese momento. Surge del deseo de Jorge Caridad, mi padre, de proteger y difundir la historia y muestras de esta rara pectolita.