La Ciudad Colonial trabaja en lograr la mejor versión de sí misma. Los préstamos del BID (30 millones de dólares en la primera fase, algo más de 90 en la segunda y 400 millones de pesos del Mitur) invertidos en recuperar el kilómetro cuadrado que albergó la capital dominicana durante más de 500 años y que encierra muchos tesoros y algún secreto de su historia. Para el actual Ministro de Turismo, David Collado, alcalde de la ciudad cuando la primera etapa comenzó, el proyecto es prácticamente una misión en la que ha volcado todo su esfuerzo.
Pero… ni las mejores obras se escapan a las críticas. Hay quien ve como un problema la supuesta gentrificación del centro histórico, el que opina que el proyecto está planteado como un parque temático para turistas y quien se queja de las incomodidades de las obras y la falta de parqueos, aunque los que ya existen tengan plazas libres y hay dos más en construcción. Todas estos comentarios chocan con las opiniones de los residentes. Las obras van a buen ritmo, los resultados parciales gustan y la calidad de la intervención no ha sido cuestionada.
Los vecinos aguantan con paciencia y expectación las incomodidades porque celebran que ¡por fin! se estén haciendo obras estructurales integrales: nuevos sistemas de aguas residuales, soterramiento de los cableados, sustitución de la red de agua potable, ampliación de las aceras, iluminación, plan para la recolección y manejo de los residuos. Finalmente… algo más que pintar fachadas para disimular el deterioro.
La inversión privada se dispara: se multiplican los negocios, llegan las franquicias, se restauran viejas casonas a punto de derrumbe y la Zona se llena de familias dominicanas y turistas. Apartamentos de lujo alcanzan precios de US$7,000 el metro cuadrado (y los valen) y salen al mercado casas sin título y casi inhabitables cuyos propietarios creen que lo pueden vender a ese mismo precio…
La Ciudad Colonial está más viva que nunca.
Así van las obras
El Programa Integral de Desarrollo Turístico y Urbano de la Ciudad Colonial ha planificado los trabajos por cuadras para no interrumpir el tránsito en ningún momento. Incomodidades inevitables, el objetivo se ha cumplido y ya se ven los resultados con tramos totalmente terminados:
Otras calles, otros tramos siguen en obras.
Museos y monumentos
Jueves Santo en la Fortaleza Ozama: la explanada acoge a turistas curiosos y familias dominicanas que esperan en largas filas para entrar en las salas de exposición totalmente remozadas en la Torre del Homenaje y en la puerta Carlos III. Una proyección interactiva sobre las paredes de la Torre al caer la noche despierta entusiasmo. Es uno de los museos renovados (por dentro y por fuera) que harán de la vieja Ciudad el punto cultural de referencia Santo Domingo.
Las Ruinas de San Francisco, el primer convento que los españoles fundaron en América, es el monumento más frágil y que más quebraderos de cabeza ha dado a los responsables de anteriores planes de rescate de la Zona. El actual, no es el primero, pero definitivamente, el más ambicioso. Hoy, las Ruinas están en peligro y se ha decidido intervenir antes de lo previsto: elementos estructurales están ya reforzados y parecería que quedó descartado el proyecto del arquitecto español Rafael Moneo que ganó en 2015 el concurso internacional de intervención pero que… gustaba a muy pocos. Por el momento, la belleza decadente de las ruinas será preservada.
Los pequeños hoteles se han multiplicado y los vecinos se han incorporado a ofrecer habitaciones en AirBnb generando una economía para los residentes tradicionales.
Pero al mismo tiempo, las grandes marcas desembarcan con ambición. Iberostar operará un hotel de 130 habitaciones en la casa San Pedro, una de las más bellas edificaciones de la emblemática calle Mercedes. Cargada de historia y de ilustres vecinos (Tirso de Molina fue uno de ellos hace ya unos siglos) se llamó antiguamente la Calle del Truco, al parecer porque en ella funcionaba un “billar de truco“ en el número 18. Así lo recoge el Estudio para la Revalorización de la Zona Histórica y Monumental de la Ciudad de Santo Domingo, publicado en 1973 y dirigido por Eugenio Pérez Montás.
Queda mucho por contar: la intervención del Conde, la extensión de las obras a barrios adyacentes, la próxima inauguración de un centro cultural del Banco Popular, el Museo de la Catedral, el programa de mejoramiento de 140 viviendas… Imposible contarlo todo en una sola entrega.