Hace unos 26 años que, vecinos del barrio La Cuarta entre Ponce y Juana Díaz, idearon un impacto comunitario que incluyera talleres educativos, limpieza de áreas comunes y un festival veraniego que estimulara a su gente a salir de sus casas y compartir con los suyos.
Su propósito principal era devolver el orgullo a residentes del humilde sector que estaba agobiado por la incidencia delictiva y las noticias negativas que se generaban en torno a una problemática que combatieron con celeridad, solidaridad y amor fraternal.
Así nació el Festival Nacional Afrocaribeño, en el cual la música se convirtió en el ingrediente principal de una receta que ha ganado adeptos a través del tiempo pues, lo que en un principio fue una actividad para locales se transformó en un evento que, hoy por hoy, cuenta con un prestigio innegable.
Uno de sus fundadores, Ángel ‘Papote’ Alvarado Aguilera, director del Grupo Esencia, rememoró los orígenes de su comunidad integrada por obreros, en su mayoría de la raza negra, que llegaron de distintas partes de Puerto Rico para trabajar en la industria de la caña de azúcar.
“La Cuarta es un barrio costero de mucha tradición a nivel cultural y deportivo, un pueblo negro, obrero como tal. Queda ubicado cerquita de todas las grandes haciendas que existieron en esta zona: Fortuna, Bocachica, Mercedita, y por tal razón tenemos una población que, prácticamente predomina la raza negra”, resumió el virtuoso de 55 años.(Xavier Garcia)
El nombre del barrio proviene de una cuarta de terreno que el gobierno otorgaba a las personas que llegaban a laborar en la zona, según las investigaciones que han hecho algunos de sus residentes.
“Era una cuarta de terreno que el gobierno les daba a las familias que llegaron a trabajar, entre esas versiones que uno ha ido escuchando e investigando. Eran descendientes de esclavos libertos. Estas personas se conocían entre sí y trajeron a sus familias y cuando vinimos a ver, la comunidad se nutre de habitantes de distintas áreas”, relató.
“Toda esta área de Fortuna, especialmente donde se encuentra la chimenea cerca del barrio Tiburones, toda esa zona, al ser una rodeada de caña había muchos obreros, había trabajo. Como tal, la comunidad se va formando de todas las personas que empezaron a llegar de Peñuelas, Guánica, Guayama, Juana Díaz y Villalba que se movían buscando trabajo hacia esta área”, apuntó.
Su historia familiar lo confirma, según Alvarado Aguilera, porque “en un momento para el siglo 19, esta zona era de las haciendas e históricamente tienes una transformación bien grande en todo esto con los esclavos libertos”.
“Mi abuelo paterno Ángel Alvarado era oriundo del barrio La Cuarta y mis abuelas, una venía de Guayama y mi otro abuelo vino de Guánica. Aquí se conocieron y se quedaron habitando para formar lo que hoy es el barrio La Cuarta. Nosotros somos la séptima generación de descendientes de esclavos”, recordó el hijo de Ángel Alvarado y Lucila Aguilera.
“Por parte de mi abuela paterna, Manuela, hicimos la investigación y en estos días, en la Playa de Ponce se colocó una placa del barco donde llegó Narcisa Pratts que nació en 1813 y fue traída como esclava de África a Puerto Rico en 1818. Hay evidencia de que la llevan a la Hacienda La Matilde y por ahí comienza nuestro árbol genealógico”, reveló el mayor de tres hermanos.
Asimismo, reconoció que su comunidad ha sido cuna de grandes músicos y deportistas.
“En el ámbito deportivo, tenemos la familia Mangual con Ángel Luis ‘Cuqui’ Mangual, el primer boricua que tuvo tres sortijas de Serie Mundial. Su hermano Palito Mangual fue un destacado vallista y su hermano Pepe Mangual fue pelotero y jugó Grandes Ligas”, manifestó.
Igualmente, mencionó a Juan Pachot, “la leyenda, porque es uno de los exjugadores que más se ha destacado en el softbol y el béisbol. Fue exaltado al Salón de la Fama de la Federación Internacional de Sóftbol”.
Mientras que, en la música, uno de sus mayores representantes es el Grupo Esencia.
“Nuestra música es bien diversa. Nosotros hacemos la bomba, plena y salsa, pero nuestra comunidad, mirando la raíz, nos llegaron personas de distintos puntos de la isla y aquí siempre se cultivó todo, incluyendo música típica, tríos y bolero. La comunidad fue influenciada por este tipo de música”, admitió.
Según Alvarado Aguilera, el Festival Nacional Afrocaribeño nació hace 26 años, a finales de la década del 90.
“En ese tiempo, la comunidad estaba pasando por momentos tristes, cosas negativas que nos estaban arropando con la situación delictiva que estaba pasando en las comunidades. Nosotros, queriendo rescatar la comunidad y tratar de poner ese otro granito distinto y tratar de sacar a la gente a la calle para compartir y confraternizar, ideamos el festival”, recordó el también portavoz del Comité Pro Nuestra Cultura del barrio La Cuarta.
“En medio de eso creamos una jornada de impacto social, cultural y educativo”. Entonces, empezamos a hacer limpiezas de calles de la comunidad, torneos de sóftbol. Mi hermano Julio empieza a crear talleres educativos, especialmente sobre la afrodescendencia, el racismo y otras situaciones que nos aquejaban”, expresó.
“También hacíamos torneos de sóftbol que nos ayudaban a sacar fondos, pero era una manera de sacar a la gente de las casas, volver a crear confianza. Todo ese impacto que duraba meses terminaba con la celebración del festival que, al principio fue de dos días y luego pudimos extenderlo a tres días”, agregó.
De esa manera, inició el proyecto de autogestión comunitaria, “del barrio hacia afuera”.
“El motor de todo esto salió de la misma comunidad. Mirando atrás, puedo ver ese propósito de Dios en mi vida porque, en aquel momento, nosotros llevábamos dos años con el Grupo Esencia y nos surgió la idea de hacer un evento que fuera para verano, pero no queríamos enmarcarlo como un festival de bomba y plena. Por eso lo denominamos afrocaribeño”, expuso.
“Entiendo que hoy por hoy es uno de los festivales más importantes en todo el Caribe. Viene gente de Panamá, Colombia, gente que viaja de la diáspora para disfrutar del festival y son muchas las personas a nivel de toda la isla que vienen año tras año”, afirmó.
Por esa tarima -ubicada en el parque de pelota de la comunidad- han pasado estrellas del ámbito musical, tales como Tite Curet Alonso, el Gran Combo de Puerto Rico, Gilberto Santa Rosa, Tito Nieves, Tego Calderón, Giovanni Hidalgo, entre otros.
“La constante ha sido la perseverancia en lo que se ha hecho. Entiendo que ha sido un trabajo de año en año. Cuando uno mira las figuras que han pasado por el evento, eso dio seriedad al trabajo que hemos hecho”, aseveró.“Ha sido un reto mantenerlo por la crisis económica que vive el país. Pero los primeros 10 años nos dieron una base sólida y sé de gente que dijo que no duraríamos más de dos años. Gracias a Dios, vamos para la edición 25 con una agenda musical y cultural de altura que tendremos del viernes 28 al domingo 30 de junio”, concluyó.