La directora de sostenibilidad de Iberia, Teresa Parejo, ha explicado en el programa Hazte Eco las medidas que se pueden hacer más sostenible un transporte aéreo. Lo primero que ha querido destacar Parejo ha sido que la descarbonización de los transportes aéreos es más complicada, pero que, para largas distancias, son un transporte necesario. Para cortas distancias el problema no es tan grave, pero, asegura, ese transporte se puede sustituir por tren o autobús, y es por ello que en Iberia tienen acuerdos con trenes y autobuses.
Ya se están haciendo investigaciones para conseguir nuevas formas de nutrir a los aviones, explica Parejo. Estas investigaciones se podrían dividir en dos grupos: El primero es aquel centrado en materias primas renovables, como podrían ser los aceites vegetales o resíduos agrícolas o forestales. El segundo es aquel combusitible generado sintéticamente, como el impulsado por hidrógeno verde, pero requiere de mucha tecnología y diferentes infraestructuras.
Para desarrollar este tipo de combustibles haría falta apoyo para poder desarrollarlos de manera acelerada, continua, porque actualmente no existen infraestructuras suficientes para toda la demanda existente. Si se consiguen desarrollar se podrían reducir las emisiones en un 80%. Parejo aclara que las emisiones totales se reducirían entre un 60 y un 100 por ciento.
Otra forma en que se pueden reducir entre un 15% y un 35% de las emisiones es mediante la adquisición de nuevos aviones, porque, al ser más modernos, su peso es menor y sus motores son más eficientes, y, de ese modo, se reducen las emisiones.
Aparte de las medidas ya mencionadas relacionadas con las emisiones de los aviones, otras medidas que se implementen a bordo pueden hacer más sostenible el viaje. Un ejemplo del que habla Parejo es la sustitución de los plásticos de un solo uso, por ejemplo las pajitas sustituirlas por pajitas de papel, al igual que los vasos, o eliminar algunos plásticos en los que viene la comida. En Iberia también han implementado una medida que consiste en la reducción del precio del te o el café a aquellos que lleven su propia taza.
Otro de los problemas que pueden ocurrir en los vuelos es el desperdicio de alimento, por ello, cuando hay sobrante se pregunta a los pasajeros si quieren comer más, para evitar tirar tanta comida.