Ubicado en lo alto de una colina, Montmartre no solo ofrece algunas de las mejores vistas de París, sino también una historia tan mágica como sus callejuelas empedradas. Desde sus orígenes en la época galo-romana, este barrio ha sido testigo de transformaciones dramáticas, desde su papel como sitio de culto religioso hasta su conversión en el corazón bohemio de la capital francesa. En la Edad Media, Montmartre estaba repleto de monasterios, pero tras la Revolución Francesa, todo cambió: los edificios religiosos fueron destruidos y la colina se transformó en un espacio rural con ovejas y viñedos.
La verdadera metamorfosis llegó en el siglo XIX, cuando Montmartre dejó atrás su pasado agrícola para convertirse en un imán para artistas, poetas y soñadores. Esta transformación convirtió a Montmartre en el epicentro del arte y la bohemia, una reputación que sigue viva hasta hoy, visible en la Place du Tertre y los innumerables estudios y cafés que aún evocan la época dorada del impresionismo, el postimpresionismo y el cubismo.
A lo largo de su historia, Montmartre ha sido hogar y musa para algunos de los artistas más influyentes de los siglos XIX y XX:
Artistas como Van Gogh y Picasso convirtieron Montmartre en el epicentro de la vida bohemia parisina – (REUTERS/Pascal Rossignol)
Montmartre, con su aire bohemio y su encanto pintoresco, está repleto de rincones que invitan a perderse y explorar. Cada esquina cuenta una historia, y sus calles, plazas y monumentos son testigos de un pasado vibrante. A continuación, algunos de los sitios más hermosos y representativos del barrio:
Basílica del Sagrado Corazón (Sacre Coeur)
Ubicada en la cima de la colina de Montmartre, la Basílica del Sagrado Corazón es uno de los lugares más visitados de París. Su imponente arquitectura de estilo romano-bizantino contrasta con el ambiente bohemio del barrio. Desde su cúpula, se pueden disfrutar de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. Además, la escalinata que lleva hasta la basílica es un punto de encuentro para locales y turistas, y un lugar perfecto para descansar y admirar la belleza de París.
Place du Tertre
Conocida como la plaza de los artistas, la Place du Tertre es el corazón bohemio de Montmartre. Aquí, decenas de pintores y retratistas instalan sus caballetes al aire libre, recreando la atmósfera artística que caracteriza al barrio desde hace más de un siglo. Rodeada de cafés y restaurantes tradicionales, es el lugar perfecto para disfrutar del arte local mientras se saborean los clásicos sabores parisinos.Los carteles del Moulin Rouge, inmortalizados por Toulouse-Lautrec, capturan el espíritu desenfrenado de la noche bohemia – (REUTERS/Sarah Meyssonnier)
Le Mur des Je t’aime
El Muro de los Te Amo es una obra única que se ha convertido en una de las atracciones más románticas del barrio. Este mural, compuesto por 612 baldosas, tiene escrito “te amo” en 250 idiomas diferentes, incluyendo lenguas raras como el náhuatl y el navajo. Ubicado en la Place des Abbesses, este lugar es ideal para quienes buscan una pausa romántica en su recorrido por Montmartre.Moulin Rouge
Aunque técnicamente no es un molino, el Moulin Rouge es uno de los símbolos más reconocibles de Montmartre y de París. Fundado en 1889 como un lugar de entretenimiento, es famoso por sus espectáculos de cabaret y can-can. Con su distintivo molino rojo en la fachada, el Moulin Rouge sigue atrayendo a turistas de todo el mundo que desean experimentar la vibrante vida nocturna de la ciudad.
Moulin de la Galette
A diferencia del Moulin Rouge, el Moulin de la Galette fue en su origen un verdadero molino. Hoy en día, es uno de los pocos molinos históricos que sobreviven en Montmartre y es conocido por haberse transformado en un salón de baile. Inmortalizado por artistas como Renoir y Van Gogh, este lugar evoca la historia rural del barrio antes de su industrialización.En Montmartre, Van Gogh pintó su famosa serie de vistas de la ciudad desde las alturas de la colina – (Shutterstock)
Musée de Montmartre
El Museo de Montmartre está dedicado a la historia artística del barrio. Este encantador museo, ubicado en una casa histórica donde vivieron artistas como Renoir, alberga una colección de obras inspiradas en Montmartre y la vida bohemia parisina. También cuenta con un jardín que ofrece una vista tranquila y pintoresca de la colina.
Cementerio de Montmartre
Lejos de ser un lugar lúgubre, el Cementerio de Montmartre es un espacio lleno de historia y tranquilidad. Entre sus tumbas se encuentran grandes figuras del arte y la cultura, como Edgar Degas, Alexandre Dumas (hijo) y la cantante Dalida. Este lugar invita a un paseo reflexivo y ofrece una visión más serena del barrio.
Rue Lepic
La Rue Lepic es una de las calles más famosas y encantadoras de Montmartre. A lo largo de su recorrido se pueden encontrar antiguos cafés, tiendas vintage y algunos de los rincones más emblemáticos de la vida parisina. Esta calle es famosa por haber sido uno de los escenarios de la película Amélie, lo que la convierte en un lugar de peregrinación para los cinéfilos.
Maison Rose
En el número 2 de la Rue de l’Abreuvoir se encuentra la icónica Maison Rose (Casa Rosa). Este edificio, con su fachada de colores suaves y su aire nostálgico, es un rincón perfecto para los amantes de la fotografía. En el pasado, fue hogar del pintor Maurice Utrillo, quien inmortalizó Montmartre en sus cuadros.