La República Dominicana ha logrado consolidar su condición de potencia turística del continente gracias al desarrollo de una coherente y consecuente política en ese orden, y de la implementación de planes y acciones acordes al signo de los tiempos y a la realidad económica mundial.
El turismo dominicano tiene como su precursor y fuente de impulso permanente a un empresario, que desde hace ya más de 50 años, tuvo el sueño de hacer de la zona del este del país un enclave turístico de categoría mundial. Ese empresario es Frank Rainieri y ese enclave turístico es Punta Cana. Cuando en la década de los 70, pocos empresarios y sectores económicos confiaban en el desarrollo del turismo dominicano, don Frank se llenó de valor y de visión, sembró las bases firmes de la industria turística en la zona de Punta Cana, buscó los socios e inversionistas precisos, construyó un aeropuerto que hoy es un modelo del continente, tocó las puertas necesarias, enfrentó todas las adversidades y finalmente logró que el turismo se convirtiera en uno de los soportes principales de la economía dominicana.
Para beneficio del turismo dominicano, en el año 2012 fue elegido presidente Danilo Medina, un estadista que desde el primer momento expresó que el turismo era la locomotora del desarrollo de nuestra nación. Danilo nombró como ministro de turismo a Francisco Javier García, y el Gobierno, junto con el sector privado, desarrolló una estrategia muy exitosa que convirtió a la República Dominicana en una potencia turística del Caribe y de Centroamérica.
Cuando el presidente Luis Abinader llegó al Gobierno en medio de la crisis del coronavirus, la economía dominicana y la del mundo recibieron un duro golpe. Muchos pensamos que eso afectaría de forma muy negativa al sector turístico y que podría llevarlo a perder su potencial de desarrollo. Empero, el presidente Abinader nombró como ministro de turismo a David Collado y este, dotado de una visión clara de futuro, empezó a tocar puertas de los países emisores de turistas desde los momentos críticos de la pandemia. Y eso le dio un gran resultado, hasta el punto que nuestra nación fue de las primeras en el mundo en recuperar la fortaleza de su sector turístico. El turismo dominicano hoy atraviesa una de sus mejores etapas y continúa en un proceso de desarrollo extraordinario. Y ya no es sólo con oferta de hoteles, playas y alimentación, sino que a eso se ha sumado un gran mercado de bienes raíces en la zona del este del país, que ha convertido a la República Dominicana en una opción de primer orden para comprar viviendas, hacer negocio con ellas o venir a vivirlas en un ambiente de total tranquilidad, calma y prosperidad.
El año 2023 se alcanzó la meta de 10 millones de visitantes a las áreas turísticas, que incluía a los del sector hotelero y a los cruceristas. La pasada semana el ministro David Collado informó que durante el período enero-septiembre del 2024 ya habían venido al país 8.3 millones de visitantes con vocación turística, y dijo también que la meta que se logrará al final de este año será de 11.5 millones de visitantes que llegarán a nuestras costas, playas, hoteles y zonas de esparcimiento. Ese es un gran logro que consolida nuestra condición de potencia turística del continente americano.
En los actuales momentos el ministro de Turismo está desarrollando una efectiva estrategia para recuperar el significativo mercado ruso, que era un importante emisor de turistas a nuestro país antes de la guerra entre Ucrania y Rusia. Con el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, es muy probable que esa guerra pueda encontrar una vía de solución a corto plazo, por lo que el mercado ruso podría ser recuperado y contribuir a consolidar aun más la solidez y diversificación de nuestra oferta turística.
La fortaleza del turismo dominicano ha radicado en la visión clara de empresarios como Frank Rainieri, en la eficacia de la combinación del sector privado y del sector público en el desarrollo de la infraestructura y en políticas de incentivo, en la visión de presidentes como Leonel Fernández, Danilo Medina y Luis Abinader para darle apoyo e impulso a ese sector clave de la economía, y en el trabajo y la visión de ministros de Turismo, como Francisco Javier y David Collado, que han sabido darle continuidad a una estrategia clara para convertir a la nación dominicana en una potencia turística que hoy se exhibe con orgullo y dignidad ante el mundo.