El cambio climático está alterando los ecosistemas globales, y sus efectos también están cambiando el turismo. Algunos destinos se están convirtiendo en “lugares de última oportunidad”, porque podrían sufrir transformaciones radicales a medida que el planeta cambia. Muchos turistas ahora desean conocer estas maravillas naturales antes de que desaparezcan o se modifiquen para siempre, pero hacerlo de manera responsable sigue siendo un desafío.
“Desde cambios en la duración de las estaciones hasta el aumento en el nivel del mar y fenómenos climáticos extremos, estos factores impactan tanto el medio ambiente natural como las actividades disponibles para los visitantes”, explicó Alex Lasry, subsecretario adjunto de Comercio para Viajes y Turismo de la Administración de Comercio Internacional (IATA, por sus siglas en inglés), a USA Today. “Los administradores de estos lugares trabajan para adaptarse a los efectos del cambio climático y regular la cantidad de turistas”, añadió.
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Este parque nacional, famoso por sus paisajes glaciares, está experimentando rápidos cambios. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, los glaciares del parque han perdido cerca del 44% de su masa desde la década de 1970 (AARP)
Cada vez más viajeros prefieren explorar territorios inusuales, como áreas con glaciares o manglares, en lugar de las típicas ciudades costeras con grandes complejos turísticos. No obstante, existen formas de visitar estos destinos de manera respetuosa y responsable.
El “turismo de última oportunidad” describe la tendencia de visitar lugares que están cambiando o desapareciendo rápidamente. Generalmente, el riesgo que enfrentan es de origen ambiental, lo que significa que estos sitios se encuentran en ecosistemas afectados por el cambio climático o la degradación de su hábitat.
Según Amanda Klimak, presidenta y cofundadora de Largay Travel, una agencia especializada, le confirmó al medio que este tipo de turismo no es nuevo, aunque recientemente ha ganado popularidad. Con mayor poder adquisitivo, las generaciones más jóvenes, como los millennials y la generación Z, buscan experiencias de ecoturismo en paisajes que podrían desaparecer en poco tiempo.
“El mundo cambia constantemente, y nuestro impacto en él se ha acelerado últimamente”, comentó Klimak. “Al visitar lugares en riesgo y generar conciencia sobre ellos, podemos inspirarnos a proteger estos lugares únicos y reducir nuestro impacto”, afirma.
Lasry sugiere optar por actividades turísticas que promuevan la conservación y la preservación cultural. A continuación, estos son los cuatro destinos de última oportunidad en Estados Unidos, donde se podrá disfrutar de las vacaciones y contribuir a la solución.
El “turismo de última oportunidad” describe la tendencia de visitar lugares que están cambiando o desapareciendo rápidamente
Famoso por sus paisajes glaciares, este parque experimenta rápidos cambios. Según el Servicio Geológico de EE.UU., los glaciares del parque han perdido cerca del 44% de su masa desde la década de 1970, y algunos ya han desaparecido. Una opción es una excursión de nueve días, que incluye visitas al parque y al Parque Nacional de los Lagos Waterton en Canadá. Este tour en pequeños grupos permite un acceso flexible a áreas remotas, además de ser 100% neutral en carbono, compensando todas sus emisiones de CO₂.
En Florida se espera que el nivel del mar aumente entre uno y tres metros para finas de siglo, lo que pondría en riesgo hasta el 10% de la superficie del estado, de acuerdo al Comité Selecto sobre Independencia Energética y Calentamiento Global. Además, los efectos del cambio climático intensifican las tormentas, provocando inundaciones aún más peligrosas para esta región, como quedó demostrado en la temporada de huracanes de 2024.
Los paisajes del suroeste, como las Montañas Sangre de Cristo, están enfrentando sequías, olas de calor e incendios forestales cada vez más intensos debido al cambio climático (Wikipedia)
Los paisajes del suroeste, como las Montañas Sangre de Cristo, están enfrentando sequías, olas de calor e incendios forestales cada vez más intensos debido al cambio climático. Las nevadas en Nuevo México han disminuido entre un 6% y un 62% desde 1955, afectando el suministro de agua del Río Grande y reduciendo la capacidad de los embalses del estado a solo el 25% en la primavera.
El aumento del nivel del mar continúa erosionando las islas Outer Banks, en Carolina del Norte y Virginia (Wikipedia)Instagram @theouterbanksnc
Además de proporcionar agua para los cultivos agrícolas y nutrir al Río Grande, las montañas Sangre de Cristo son un destino ideal para los deportes de invierno. Quienes deseen apoyar la región, disfrutar de actividades recreativas y explorar las montañas de forma responsable pueden considerar visitar Taos Ski Valley.
El aumento del nivel del mar continúa erosionando las islas Outer Banks, en Carolina del Norte y Virginia. Estas islas de baja altitud son vulnerables a la erosión, especialmente frente a tormentas y fuertes corrientes. En la isla Hatteras, el Centro Oceánico promueve la conservación y ofrece recorridos educativos, como excursiones en kayak, fogatas y observación de estrellas, aprovechando algunos de los cielos más oscuros de la costa este.