El nuevo récord turístico que vive España ha acelerado la apertura de centenares de hoteles en todo el país, especialmente fuera de los grandes focos de actividad donde la oferta ya es muy intensa –Barcelona, Madrid, Baleares y Canarias–. Después de unos años en los que la planta hotelera ha permanecido prácticamente estancada, coge nuevo impulso y sólo entre este 2024 y el año que viene se prevé inaugurar unos 651 establecimientos, según datos actualizados de EY. Un hotel cada día y medio. De esta manera, el número de activos hoteleros crecerá un 4,7% en sólo dos años, uno de los mayores ritmos de los últimos tiempos.
“Hemos avanzado en la concienciación de la necesidad de replantear los modelos de gestión del crecimiento turístico”, señala José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de la entidad que agrupa a las principales empresas del sector. Ahora bien, lamenta que todavía no existen “planteamientos integrales” que promuevan una diversificación profunda del producto o mejoras decididas en el empleo. “El reto para el 2025 sigue siendo cómo concitamos la actividad turística con las expectativas de la sociedad, tenemos que decidir qué perfil de demanda queremos y buscar aquella que sea respetuosa”, continúa Zoreda.
Pese a todo el debate en torno al turismo generado este último año, no se han producido cambios sustanciales a nivel agregado ni en el producto ni en el tipo de mano de obra que emplea principalmente, “con poca formación y poco valor añadido”, coincide el catedrático de Economía de la UAB Josep Oliver. “Algo así requiere tiempo y políticas decididas”, afirma, que de momento no se han producido más allá de las decisiones que están tomando algunos municipios. Es el caso de Barcelona, que se ha propuesto eliminar todos los pisos turísticos, o de Palma, que también ha introducido restricciones al respecto. La capital catalana mantiene además la moratoria hotelera.