El 24 de diciembre, en vísperas de Navidad, el Papa Francisco inaugurará un Año Santo o Jubileo. Se trata sobre todo de una peregrinación solemne a la Basílica de San Pedro y a otras iglesias romanas. Esta celebración tradicional, que data del año 1300, también suele ser un potente motor turístico para la ciudad. Los expertos esperan la llegada de unos 30 millones de visitantes adicionales a Roma.
El teólogo católico Jörg Ernesti cuenta a DW que en el año 1300 surgió una especie de «movimiento espontáneo». Al parecer, en aquel entonces, muchos creyentes peregrinaron a Roma, y el Papa Bonifacio VIII convocó de forma relativamente espontánea un Jubileo.
Según Ernesti, Bonifacio estableció que el Año Santo se debía celebrar cada 100 años. Pero ya en 1350, cuando el papado atravesaba una profunda crisis, se convocó otro Jubileo. Y, desde el siglo XV, ha habido uno cada 25 años.
«El aspecto financiero siempre ha jugado un papel, pero la solidaridad de la Iglesia universal en el marco del Año Santo también es un aspecto importante», explica el historiador eclesiástico.
Asimismo, las personas que peregrinen en el Jubileo 2025 a las «Puertas Santas» de las cuatro basílicas papales de Roma (equivalente a una caminata de 25 kilómetros) recibirán una remisión de la pena temporal por sus pecados en el más allá.
El último Año Santo tuvo lugar en 2016. Fue un Jubileo extraordinario, puesto que Francisco lo proclamó independientemente del ciclo habitual de 25 años. Y no cabe duda de que en 2033 se celebre otro Año Santo, en el 2.000 aniversario de la muerte de Jesús en la cruz.
«Luce» y sus amigos, las mascotas del Año Santo 2025 son figuras de peregrinos al estilo manga.Imagen: tokidoki/Simone Legno/Vatikan/dpa/picture alliance
El Papa Pablo VI fue el primero en convertir el Año Santo en un acontecimiento mediático mundial. Tras haber convocado el Concilio Vaticano II (1962-1965), que sacó a la Iglesia Católica de la Edad Media y la condujo a la era moderna respetando la libertad religiosa, tuvo muchos críticos conservadores y progresistas.
De ahí que utilizara el Jubileo como una exhortación a la «renovación y la reconciliación», según el título oficial. Pablo VI fue el primer Papa que dio al Año Santo un título programático. Desde entonces, cada evento ha tenido un lema.
A finales de 2015, el Papa Francisco inauguró el Año Santo bajo el lema «¡Sean misericordiosos como el Padre celestial!» De esta manera, trató de consolidar uno de sus temas clave, la misericordia, en el mundo. En aquel entonces, también permitió a las diócesis de todo el mundo establecer «Puertas Santas» en determinadas iglesias.PUBLICIDAD
El lema del Jubileo 2025 es «Peregrinos de la esperanza», y corresponde al papel que Francisco ve para sí mismo y para la Iglesia en un mundo lleno de crisis y conflictos. Desde hace años lamenta que el mundo esté inmerso en una «Tercera Guerra Mundial», básicamente globalizada y que a menudo afecta a los más pobres del planeta. Asimismo, denuncia las exportaciones de armas y las guerras.
El Año Santo es más que un evento tradicional. El historiador eclesiástico Ernesti cuenta que muchos elementos típicos, como la «Puerta Santa», se añadieron siglos después del primero Jubileo en el año 1300.
Seguramente también habrá innovaciones en la edición de 2025. Un elemento novedoso será, por ejemplo, la mascota del Año Santo: la figura de un peregrino de estilo manga, «Luce», pretende atraer sobre todo a los jóvenes.
Además, habrá, por primera vez, una peregrinación de personas no heterosexuales durante el Año Santo, que también figurará en el calendario oficial de peregrinaciones. El 6 de septiembre, miembros de la comunidad LGBTQ peregrinarán a la Basílica de San Pedro.