Cabe evocar los éxitos anteriores de la participación dominicana estándose ya en vísperas de la gran exposición anual que se han logrado en aquel marco global de inversiones dirigidas a visitantes a nivel mundial que tendrá lugar desde el 22 al 26 de este mes. La representación de este destino caribeño hace convincentemente todo por merecer, por la excelencia de sus condiciones, la preferencia de importantes orígenes de visitantes (aunque los vacacionistas rusos ahora escasean) y pudo superar de modo envidiable el terrible tiempo muerto de la pandemia. Sea de prioridad en los discursos y las acciones de sectores público y privado solidificar, expandir y diversificar estas bondades de cara al espectro de actuales y potenciales canteras de viajeros para que mientras en Ucrania se pelea poniendo en apuros y retroceso a una aprovechable procedencia europea, el país reconquiste todo lo que falte por lograr de su entorno regional con unos boricuas con facilidades de navegación y sudamericanos que mucho se interesan por estas tierras cada vez que se les promueven su hospitalidad climática y playera. Los promotores y conductores de multitudes hacia cruzar océanos no dejan de asistir a Fitur, oportunidad de oro para el renglón.
Vigorosas iniciativas de entes financieros locales, además de una variedad empresarial afín, incluye a los bancos Popular, Reservas y BHD diciendo presente de manera creciente en la confluencia de respaldo multisectoral al fortalecimiento del ámbito turístico con el que no se admiten descuidos. Ninguna bella imagen nacional es invulnerable y mientras más brille, más riesgos existen de que contra ella disparen mediáticamente competidores que en el pasado explotaron incidentes banales y de efecto negativo transitorio con pretensiones de descrédito que felizmente no prosperaron. Importante es entonces que el país sea, infraestructuralmente, lugar seguro para que se desplacen habitantes propios y foráneos; libres de deprimente agresiones al ornato; sin elevados riesgos personales en el tránsito ni agudas fallas de servicios públicos. Óptimo para estar en él. Repárese en que los mejores propósitos de la industria sin chimenea coinciden aspiracionalmente con los de la población anfitriona que llena, monda y lironda, esta geografía.