La voz de alarma la han lanzado estos días las compañías del sector turístico de Estados Unidos, con aerolíneas y hoteleras a la cabeza. Los aranceles y el temor a una recesión están frenando la demanda viajera en el país, coinciden las empresas. Y tampoco hay buenas perspectivas para el turismo internacional. Estados Unidos ya no aparece como un destino amable, con casos de visitantes con problemas en la frontera y los canadienses cancelando sus viajes como venganza contra el belicoso
La bolsa, siempre predictora de lo que está por venir, ya ha reaccionado. Las acciones de Delta, American Airlines o United se han desplomado entre un 35% y un 36% en menos de dos meses, cuando a principios de año parecían volar en el parqué gracias a una demanda al alza. Este momento de euforia se ha esfumado. También las grandes hoteleras americanas, como Marriott, Intercontinental y Hilton, se han dejado entre un 17% y un 22% en bolsa (ver gráfico adjunto).
La explicación la daba el director general de la aerolínea Breeze Airways, David Neeleman, hace poco en una entrevista: el turismo no es una actividad de primera necesidad y, en estos momentos, los consumidores norteamericanos minimizan gastos superfluos.
“Todos los indicadores adelantados apuntan a una ralentización de la economía en Estados Unidos; hay miedo a una recesión por la guerra arancelaria y la confianza del consumidor ha caído con fuerza en marzo”, señala Pilar Aranda, analista de Bankinter especializada en el sector aéreo.
Tanto Delta como United han avanzado que sus beneficios se reducirán en el primer trimestre fiscal porque la demanda está aflojando. Incluso han planteado reducir capacidad a partir de mediados de agosto, como dijo el director general de United, Scott Kirby, si la actividad no mejora.
John Grant, director de la consultora OAG, destaca asimismo que las aerolíneas nacionales estadounidenses han anunciado recortes de capacidad. United incluso retirará de forma anticipada algunos de sus aviones más antiguos, “en parte como respuesta a la desaceleración”. Las aerolíneas canadienses también han realizado ajustes en sus redes transfronterizas y este fin de semana se espera que otras aerolíneas reduzcan aún más sus vuelos. Se espera que incluso alguna de las grandes aerolíneas nacionales estadounidenses ajuste su programa dentro del país, añade Grant a través de correo electrónico.
El estadounidense medio, pues, no parece estar para viajes. ¿Afectará esto a los vuelos transoceánicos? Las aerolíneas europeas se juegan una buena parte del negocio en las rutas con Estados Unidos, y de hecho el país se ha convertido en un gran emisor de turistas de alto gasto para ciudades como Barcelona, donde representan el primer visitante de fuera del continente.
“Habrá que estar atentos, algunas aerolíneas, como IAG, han sufrido fuertes caídas en bolsa este marzo”, señala Pilar Aranda. En conjunto, el sector turístico europeo se ha dejado un 11% de la cotización este mes, su peor caída desde junio del 2022, en parte por el incendio en el aeropuerto de Heathrow. El consejero delegado del grupo Lufthansa, Carsten Spohr, no ver por ahora afectación en los vuelos intercontinentales, según dijo en la reunión anual de la patronal de aerolíneas A4 esta semana en Bruselas. El desánimo turístico es, al menos de momento, una cuestión americana.