Guatemala necesita actualizar su legislación turística; en eso no hay dudas. Estamos convencidos de que modernizar el marco legal que rige al INGUAT es un paso impostergable para fortalecer el turismo como motor de desarrollo sostenible, inclusivo y competitivo. No hablamos de cambios superficiales, sino de una reforma profunda que responda a los nuevos desafíos del país y del mundo. Reflexionar sobre el cómo y el para qué de esta modernización es no solo necesario, sino urgente.
La Ley Orgánica del INGUAT, vigente desde 1967, fue concebida en un contexto muy distinto al actual. Desde entonces ha sido modificada en diez ocasiones, intentando adaptarse a las transformaciones que la dinámica global impone. Sin embargo, estos ajustes ya no son suficientes frente a la velocidad y complejidad de los cambios contemporáneos.
El turismo se ha diversificado de manera notable; la competencia internacional es más intensa, y las expectativas tanto de los viajeros como de las comunidades locales son más exigentes. A esto se suman retos como la sostenibilidad ambiental, la inclusión social, la preservación de nuestra identidad cultural y la incorporación de nuevas tecnologías.
Así que sí, Guatemala necesita una modernización institucional profunda en el ámbito turístico. Una legislación que potencie al turismo como verdadero instrumento de desarrollo sostenible, garantizando la participación plural de todos los sectores y la preservación efectiva de nuestro patrimonio.
En el INGUAT hemos dado pasos concretos hacia esa modernización. En la actualización del Plan Maestro de Turismo Sostenible, por primera vez en la historia, convocamos a comunidades locales y autoridades ancestrales para escuchar sus voces y construir, en conjunto, una visión compartida del futuro turístico. Este modelo de diálogo y cocreación es el que creemos que debe guiar cualquier proceso de reforma institucional.
La iniciativa para modificar la Ley Orgánica del INGUAT que impulsan algunos sectores, que contempla la creación de un Ministerio de Turismo sin cartera y una Junta Directiva con mayoría de representación privada, merece una reflexión pausada. Aunque reconocemos la necesidad de dinamizar la gestión pública, insistimos en que cualquier cambio debe fortalecer, y no limitar, la participación amplia de todos los actores: comunidades locales, emprendedores culturales, guardianes del patrimonio natural e histórico y el sector empresarial.
La descentralización ha sido y debe seguir siendo una de las fortalezas del INGUAT. Subordinar su estructura a decisiones centralizadas pondría en riesgo su agilidad operativa, su capacidad de respuesta inmediata y su adaptación a las tendencias globales. En turismo, la descentralización técnica es una necesidad estratégica.
Otro aspecto crítico es la sostenibilidad financiera. No es viable crear nuevos fondos sin identificar claramente su origen ni pretender que estos recursos provengan del presupuesto actual del INGUAT, ya que desfinanciaría sus funciones esenciales de promoción, planificación y desarrollo turístico.
El futuro del turismo guatemalteco debe construirse sobre bases de consenso, participación y respeto a todas las voces. No basta con modernizar por modernizar; se trata de hacerlo bien, con responsabilidad, transparencia y una visión integral e inclusiva.
En cambio, creemos en la apertura hacia esquemas de alianzas público-privadas que impulsen inversiones en infraestructura turística de gran envergadura, bajo principios de transparencia y sostenibilidad.
Asimismo, aunque insistimos en la necesidad de actualizar el marco legal, debe reconocerse que la actual estructura descentralizada ha permitido el impulso de campañas de mercadeo acertadas que han dado como resultado un crecimiento del 15 % en el ingreso de visitantes internacionales en el último año, e ingresos al país por USD 1324 millones, cifras nunca antes vistas. Así como el anuncio, en meses recientes, de nuevos vuelos directos a Ciudad de Guatemala desde Fort Lauderdale, Miami, Chicago y Canadá. Introducir esquemas más burocráticos podría revertir estos avances y comprometer la competitividad del sector.
Para asegurar una coordinación interinstitucional eficiente, sostenible y alineada con las prioridades nacionales, la adopción de Acuerdos Gubernativos en esta línea representa una herramienta clave para fortalecer la articulación entre INGUAT y las distintas entidades del Estado en ámbitos como infraestructura, seguridad y desarrollo comunitario. Este enfoque evita la creación de nuevas estructuras administrativas, privilegiando la eficiencia del Estado y el aprovechamiento de las capacidades ya existentes.
Además, la modernización jurídica debe ser respetuosa de la Constitución y de las leyes ordinarias vigentes para garantizar la estabilidad y certeza jurídica a todos los actores del sector turístico, nacionales y extranjeros.
No se trata de replicar modelos ajenos ni de privilegiar intereses particulares. Se trata de construir, juntos, una institucionalidad turística sólida, eficiente y capaz de responder a las aspiraciones de un país que tiene en el turismo una de sus mayores oportunidades de desarrollo sostenible.
La Política Pública de Turismo Sostenible y el Plan Maestro de Turismo Sostenible deben ser los instrumentos que orienten el cumplimiento de los planes estratégicos a largo plazo. Y la Ley Orgánica del INGUAT debe seguir siendo el fundamento técnico y operativo para su implementación efectiva.
Estamos convencidos de que el futuro del turismo guatemalteco debe construirse sobre bases de consenso, participación y respeto a todas las voces. No basta con modernizar por modernizar; se trata de hacerlo bien, con responsabilidad, transparencia y una visión integral e inclusiva.
La modernización es necesaria, sí. Pero como todo proyecto de nación, debe basarse en la inclusión, el respeto y el compromiso con el bien común. Ese es el camino en el que creemos y al que estamos dispuestos a contribuir.