Turismo en Cuba sin cimientos: aeropuertos en pésimo estado, campos improductivos y deudas sin pagarv

Turismo en Cuba sin cimientos: aeropuertos en pésimo estado, campos improductivos y deudas sin pagarv
Turismo en Cuba sin cimientos: aeropuertos en pésimo estado, campos improductivos y deudas sin pagarv

En sesiones de las comisiones en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el régimen cubano volvió a depositar sus esperanzas económicas en el turismo, pese a las múltiples señales de colapso estructural que afectan al sector. Así se pronunció el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, al comparecer este martes, cuando afirmó que «un turismo próspero genera ingresos, empleo y aporta a la diversificación de la economía», recogió el portal oficial Cubadebate.

La narrativa oficial, sin embargo, contrasta con la realidad expuesta durante la propia jornada de debates: aeropuertos en mal estado, productores desmotivados, deudas impagadas y una industria alimentaria incapaz de abastecer las necesidades mínimas de los visitantes. Mientras Marrero habla de no confundir la prioridad turística con el abandono de la población, los indicadores apuntan a lo contrario: un país desabastecido, atrapado entre la ineficiencia interna y las sanciones externas.

El ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, reconoció que el sector vive su peor momento desde 2001 (excluyendo la pandemia), con cifras en caída y una pérdida de competitividad agudizada por la falta de divisas, insumos y coordinación interministerial. La recuperación, aún incipiente desde octubre de 2024, no logra revertir el deterioro.

García Granda dijo que el pago centralizado en divisas y las trabas para productores nacionales —especialmente agrícolas— han obstaculizado los llamados encadenamientos productivos. A esto se suman deudas impagadas, mecanismos de conciliación fallidos y precios que no estimulan a los campesinos ni al sector privado.

El ministro de Agricultura, Ydael Pérez Brito, admitió que hay más de 55 formas de vinculación con el turismo, pero la falta de pagos efectivos y la incertidumbre financiera siguen desmotivando a los productores. El titular de la Industria Alimentaria, Alberto López, fue más pesimista: el país no tiene capacidad para satisfacer la demanda del turismo, y el Ministerio del ramo depende de una agricultura nacional empobrecida y de importaciones que ya no llegan.

Algunos diputados, como Zuzel Alba Quintana (Songo-La Maya) y Luis Alberto Rodríguez Herrera (San Juan y Martínez), hicieron un llamado a enfrentar las deudas, descentralizar los pagos y lograr una coordinación real desde los municipios. Rodríguez añadió: «La industria turística es una vitrina para la exportación futura», pero no hay forma de sostenerla sin resolver primero las fallas internas.

Los diputados advirtieron sobre la urgencia de reactivar las líneas productivas, garantizar el combustible y atender los problemas estructurales del abastecimiento, todo esto antes de la llegada de la temporada alta de diciembre. Sin embargo, como ha ocurrido en otras ocasiones, el diagnóstico no parece traducirse en soluciones inmediatas.

Aeropuertos en ruinas

Una inspección parlamentaria a 19 de los 22 aeropuertos civiles del país reveló el otro lado del fracaso. Aunque el José Martí de La Habana muestra algunas mejoras en mantenimiento, muchas terminales regionales, como Granma, Guantánamo y Las Tunas, presentan un deterioro tan avanzado que han debido limitar sus operaciones. «Esta situación limita la conectividad territorial y genera demoras e incomodidades para los viajeros», señaló Cubadebate.

Los reportes incluyen fallas tan básicas como baños sin agua, sin papel higiénico y con una higiene deficiente, incluso en las salas VIP. La lentitud de los procesos migratorios y aduanales, los problemas de conectividad, y la escasa oferta comercial completan un panorama que poco tiene que ver con un destino turístico competitivo.

Aunque se reconoce la voluntad del personal aeroportuario para mejorar, los parlamentarios denunciaron que la implementación de soluciones es lenta y burocrática. Las propuestas incluyen la reparación urgente de pistas, mejoras tecnológicas y la reducción del tiempo de espera para los pasajeros. Sin embargo, sin recursos reales, estas medidas parecen más un deseo que un plan concreto.

El discurso del Gobierno insiste en que el turismo será el motor de la economía cubana, pero los datos presentados por sus propios ministros y diputados demuestran que el modelo está agotado. La falta de productividad interna, la desconexión entre sectores, el deterioro de la infraestructura y la priorización del turismo sobre las necesidades básicas del pueblo conforman una estrategia que parece condenada a estancarse.