En el corazón de la hermosa región de Manabao, en Jarabacoa, emerge un destino que promete una experiencia única de desconexión y deleite: Alepo Village y su restaurante, Alhambra Bistro. Este proyecto, liderado por Ronald Sánchez y su esposa Alexandra Bosch, nació de la búsqueda de un refugio en la naturaleza con comodidades de lujo.

Paella en el restaurante Alhambra
Sánchez, quien visitó Manabao por primera vez en 1998 y quedó cautivado por su belleza, siempre soñó con establecerse en el área. “Era un carajito y quedé marcado con la zona”, comenta. Fue en 2015 cuando pudo adquirir la tierra y comenzar a materializar su visión, entendiendo que el público que visita la zona busca tranquilidad, decencia y está dispuesto a pagar por experiencias de calidad que usualmente encontraría en la ciudad.

Originalmente concebida como una casa de alquiler, la propiedad tomó un giro personal. “Le fui poniendo tantos detallitos personales a mi casa, dije: no, no voy a alquilar la casa porque no me siento bien que lo que construí con un amor familiar, lo destruya por dinero, no”, explica Ronald. Así, comenzó la construcción de un conjunto de cinco villas de lujo, más la casa principal.

El nombre Alepo tiene un significado profundo. Según narra su propietario, lo escogió al investigar la historia del Imperio Otomano, donde Alepo, la ciudad más antigua del mundo en Siria, fue la primera tierra fértil que conquistaron. “Miré Alepo como una primera parte de la zona a la que le podemos sacar provecho”, detalla, trasladando el concepto de un lugar de origen y prosperidad a este rincón dominicano.
Las villas de Alepo se distinguen por su diseño innovador. No son las tradicionales cabañas rústicas, sino más bien “apartamentos de lujo con unos ‘topping’ de cabaña”, con mobiliario rústico, pero con la calidad de un hotel de alta gama. Aquí, los visitantes encuentran tranquilidad, buenas vistas, contacto real con la naturaleza y, sobre todo, seguridad. La zona es conocida por su ambiente familiar, donde las puertas están abiertas, la gente comparte y el agua de la llave es potable, un verdadero privilegio.
Parte fundamental de la experiencia es Alhambra Bistro, el restaurante del complejo. El nombre evoca la Alhambra de Granada, España, un palacio en lo alto que representaba el poder y la majestuosidad.
Allí ofrecen una oferta gastronómica internacional que sorprende en medio de la montaña. Desde entradas sofisticadas como burrata con pesto de pistacho y trufa, carpaccio con queso parmesano, hasta unos innovadores quipes sicilianos rellenos de pepperoni, mozzarella y pesto de albahaca, que se han vuelto un éxito entre los visitantes.
La carta incluye, entre otros, hamburguesa gourmet, cortes de carne importados, salmón a la plancha o en tartar y arroz tailandés.
Pero la verdadera estrella del restaurante son sus platos especiales por reserva, que requieren horas de cocción. Entre ellos destacan el volcán de costilla relleno de moro, plátano maduro, queso ricota y bacon, o yuca frita trufada con queso provolone. También ofrecen cerdo en caja china y paella de mariscos, disponibles con reservación de 24 horas. La coctelería y una amplia selección de bebidas, incluyendo una cerveza artesanal única en la zona, complementan la oferta.
Alepo Village está ubicado en La Ciénaga de Manabao, un lugar donde habitan unas 6,500 personas que tradicionalmente basan su economía en la agricultura y que ha tomado un rol protagónico en los últimos años por el turismo. El alquiler de villas y el hospedaje han generado oportunidades para la comunidad, especialmente para las mujeres, quienes encuentran empleo en áreas de servicio y la cocina.
Manabao es mucho más que un lugar para descansar. Ofrece acceso al Parque Nacional Armando Bermúdez, rutas de senderismo, mountain bike, buggy y es el punto de partida principal para subir al Pico Duarte. Desde Alepo Village facilitan a los visitantes la coordinación de guías, hospedaje, menú y asesoramiento para estas aventuras, garantizando una experiencia completa.
Alexandra Bosch, la esposa de Ronald, es la encargada de muchos detalles que hacen al lugar más especial. Para ella, Alepo es “la tranquilidad, es el respiro que nosotros necesitamos del día a día de la ciudad”. Su labor abarca desde la decoración y el funcionamiento de las villas hasta la supervisión del restaurante, incluyendo el inventario y el bienestar del personal.
Alexandra encuentra en la zona una similitud con su natal Barquisimeto, Venezuela, por sus montañas y clima fresco. “Uno busca la similitud de su tierra y esto se parece mucho”, manifestó.
Alepo Village es un proyecto con alma, que combina lujo, naturaleza, gastronomía de alto nivel y un fuerte compromiso social con la comunidad local. Un lugar para desconectar, disfrutar y recargar energías, con la promesa de volver.