El sector turístico vive una Semana Santa de pesadilla por culpa del coronavirus

El sector turístico vive una Semana Santa de pesadilla por culpa del coronavirus
El sector turístico vive una Semana Santa de pesadilla por culpa del coronavirus

Las reservas auguraban un inicio de temporada mejor que el del año pasado. Tanto en la Costa Brava como en la Costa Daurada esperaban abrir Semana Santa con los casi 30.000 participantes y acompañantes de los torneos de fútbol y baloncesto que llenan los hoteles antes del puente.

La celebración de los 25 años de Port Aventura era otro de los grandes alicientes, y no la pesadilla en la que se ha convertido esta Semana Santa para el sector turístico. Hoteles cerrados, paseos marítimos y playas desiertas y los destinos rurales vacíos. Estampas fantasmagóricas que provocan pérdidas millonarias y que ponen en jaque una temporada repleta de incógnitas pero que el gremio aspira a iniciar, en el mejor de los escenarios, a finales de junio o principios de julio.

Los hoteleros han asumido que “seremos los últimos de la fila” en poder reabrir a medida que se levanten las restricciones, “pero no damos por perdida la temporada turística, nuestro horizonte es salvar la temporada alta”, explica Jaume Dulsat, alcalde de Lloret de Mar.

Los hoteleros han asumido que su actividad será de las últimas en poder restablecerse

De hecho, la mayoría de reservas para los meses centrales de verano aún se mantienen en este municipio. Según Lloret Turisme, algunos establecimientos mantienen las reservas del 50% de sus plazas. Pero el escenario se complica: “En estas fechas solíamos recibir entre 30 y 40 reservas diarias para el verano, sin embargo ahora no nos entra ni una sola petición”, confiesa Lluís Parera, presidente de la Associació Turística d’Apartaments de la Costa Brava-Pirineu de Girona. Las cancelaciones para julio y agosto, de momento no llegan al 10%.

“El problema no es tanto cuándo podremos abrir, sino en qué condiciones podremos hacerlo”, mantiene Xavier Guardià, portavoz de la Federación Empresarial de Hotelería y Turismo de la provincia de Tarragona (FEHT), que cada año generaba 22 millones de pernoctaciones y casi el 20% del PIB de la zona. De momento, los casi 24.000 puestos de trabajo que genera la actividad turística en las comarcas del sur de Catalunya están en el aire.

La playa de Lloret sin nadie y los apartamentos, cerradosLa playa de Lloret sin nadie y los apartamentos, cerrados (Pere Duran / NORD MEDIA)
Nadie se aventura con previsiones. “Cada día analizamos la situación… Hay tantas variables que es imposible fijar un calendario, pero el sector aspira a poder iniciar la temporada alrededor de Sant Joan o principios de julio”, dice.

El presidente de la Federació d’Hostaleria de les Comarques Gironines, Antoni Escudero, augura un verano muy duro especialmente para las grandes cadenas hoteleras que trabajan con touroperadores. “Este verano muchos de los hoteles que requieren grandes esfuerzos logísticos para ponerlos en funcionamiento, no abrirán”, vaticina. El touroperador británico Jet 2 Holidays anunció esta semana que no reanudará paquetes vacacionales hasta, como mínimo, el 17 de junio.

Las multitudinarias playas de la Costa Daurada, totalmente vacías
Menos complicado lo tendrán establecimientos más pequeños, de tipo familiar. Aun así, el reto de los empresarios del sector turístico, tanto de los grandes establecimientos como de los más pequeños, será superar el “miedo” de los clientes a viajar. “La gente huirá de lugares masificados y especialmente a los mayores le costará volver a salir”, opina el hotelero Martí Sabrià, que considera que la costa catalana tiene ventajas con respeto a otros destinos como Turquía o el Norte de África, con una sanidad más deficiente, o las islas Baleares que obligan a realizar desplazamientos mayoritariamente en avión.

Los esfuerzos del sector se centran en captar turismo de proximidad, catalanes, españoles y franceses, situados a un radio de cuatro o cinco horas en coche. Para el sector del camping, que en Girona concentra más de un tercio de las plazas disponibles en Catalunya y que en la Costa Daurada supone el 40% de las pernoctaciones anuales, es prioritario el fin de las restricciones en la frontera.

“Muchas reservas se mantienen, pero no sabemos cuál será la realidad en verano”, insiste Miquel Gotanegra, presidente del gremio en Girona. “A nuestro favor juega el hecho que muchos de nuestros clientes son de proximidad y que los campings son espacios abiertos y al aire libre, podemos adaptarnos”, añade Àngels Ferré, presidenta de la Federación Española de Campings del Mediterráneo.

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