La importancia del turismo internacional en la economía mundial

La importancia del turismo internacional en la economía mundial
La importancia del turismo internacional en la economía mundial

Por: James Reilly (Schroders)

Los países que actualmente disfrutan de flujos positivos (España) sufrirían en un mundo desprovisto de turismo internacional, según el economista. 

MADRID. Los gobiernos de todo el mundo han estado introduciendo nuevas restricciones al turismo buscando evitar nuevos contagios por la covid-19. Esto supone un golpe más a la debilitada industria del turismo. Aerolíneas y compañías de viajes luchan por su propia supervivencia mientras critican con rotundidad las nuevas normas con la llegada de las tradicionales vacaciones de verano.

Debido a estas restricciones, la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT) prevé una disminución de los viajes turísticos internacionales de entre el 58% y el 78% para 2020. Este resultado podría poner en peligro entre 100 y 120 millones de empleos relacionados directamente con en el turismo. Recordemos que éste es uno de los sectores con mayor densidad de mano de obra en todo el mundo y supuso el 10,4% al PIB mundial en 2018.

No obstante, el impacto diferirá de unas regiones a otras. La OMT ha analizado los datos sobre la proporción de huéspedes internacionales en todos los establecimientos comerciales para estimar la contribución del turismo internacional al turismo general de un país específico. Los resultados van desde el 98% en Liechtenstein y Mónaco, por ejemplo, hasta sólo el 11% en Australia. Combinando esta medida con la contribución total del turismo al PIB, podemos estimar la exposición de un país al turismo internacional. Dada la relevancia sobre el PIB, esto también puede considerarse un buen indicador del impacto en el empleo.

Economías más vulnerables

La columna de turismo internacional del cuadro que figura a continuación tiene por objeto captar únicamente la parte del PIB generada por el turismo internacional y, al hacerlo, poner de relieve las economías más vulnerables a una recesión. Sin embargo, esto no tiene en cuenta el beneficio que puede derivarse de la ‘relocalización’ de los gastos que dejan de realizarse en el extranjero. Tomando los ingresos internacionales menos los gastos, podemos llegar a un flujo neto de turismo internacional y, al relacionar esto con el PIB total, se puede evaluar el impacto neto del turismo internacional en una economía

En este sentido, las regiones que actualmente disfrutan de flujos positivos, como España, sufrirían sustancialmente en un mundo desprovisto de turismo internacional, haciéndolas más vulnerables a una recesión. Esto demuestra que el turismo internacional es más sensible que el interno a los desafíos del Covid-19.

Las dos últimas columnas de nuestra tabla se concentran en las características del turista medio. La medida de ‘ingresos medios’ (average receipts) muestra cuánto gasta el visitante medio en el país de destino (en miles de dólares) mientras está de vacaciones. En otras palabras, muestra cómo de efectivo es ese país en transformar volúmenes en valor.

Con un mayor énfasis en el distanciamiento social y el espacio personal, este enfoque en la calidad por encima de la cantidad podría desempeñar un papel crucial. Sin embargo, esto funciona en ambos sentidos: a corto plazo, allá donde los volúmenes de visitantes se hayan reducido globalmente, estas regiones más expuestas sufrirán las pérdidas económicas más bruscas.

‘Corredores de viajes seguros’

Algunos países están considerando habilitar ‘corredores de viajes seguros’ o ‘puentes aéreos’ para los países con menor riesgo de la covid-19. Las economías que establezcan tales ‘corredores’ con países como Australia e Islandia, que fueron los dos principales países según la medición de sus gastos en el extranjero, podrían cosechar beneficios. Estos datos incluyen los pagos realizados a las aerolíneas nacionales, lo que tal vez explique el alto rango de Australia en ambas mediciones.

Hay una serie de otros factores que entran en juego, como la estacionalidad del turismo en ciertas economías. Las economías europeas como España e Italia dependen especialmente de los visitantes de verano y, por lo tanto, el momento de esta crisis difícilmente podría haber sido peor. Además, no podemos obviar que es posible que las regiones más afectadas por el coronavirus tengan dificultades para eliminar este estigma y tengan que esperar más tiempo hasta recuperar los niveles de turismo anteriores a la pandemia.

James Reilly es economista de Schroders

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