Turismo interno

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Turismo interno

En lo que “el ha­cha va y viene”, la industria tu­rística nacional, pilar de nuestro crecimiento económico y protagonista de nuestra es­tabilidad financiera, tendrá que emplearse a fondo para llevar público a sus instala­ciones hasta tanto las cosas se recompongan interna­cionalmente y los países emisores, así como la avia­ción comercial, retornen a la normalidad,

Mientras tanto, el único mercado posible, lo cons­tituye el local, y a ese pú­blico habrá que apelar con inteligentes promociones de venta que le pongan un valor extra a las ofertas y ofrezcan resultados inme­diatos para los hoteles.

Hablamos de cupones de descuentos, sorteos, con­cursos, promociones cru­zadas con productos afi­nes, en fin, esfuerzos que le pongan atractivos extras y facilidades que entusias­men al mercado.

Si estas iniciativas priva­das son acompañadas con una campaña del gobier­no que procure motivar a la población a hacer turismo interno, a conocer nuestro país, a saborear la gastro­nomía nacional, a visitar lugares de nuestra geogra­fía que ni siquiera en fo­tos hemos visto, se podrían conseguir resultados que ayuden a mantener míni­mamente el punto de equi­librio de las empresas hasta que todo regrese al viejo or­den.

Este esfuerzo combina­do de estímulo podría ser la diferencia. Porque es lo único con lo que cuen­ta por el momento la in­dustria. No hay vuelos aéreos, no hay cruceros, no hay países fronteri­zos que nos puedan apor­tar mercado como sucede con muchos pueblos euro­peos. Por tanto, si gobier­no y hoteleros se ponen de acuerdo, esto sería un res­piro hasta que se produzca en banderazo de reaper­tura total que nadie sabe cuándo será.

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