Los pocos bañistas que acuden a las playas no tardan una hora en retornar a sus casas y echar para atrás su decisión de darse un chapuzón.
Residentes y vacacionistas varados en la zona de Bayahibe, desde donde salió el primer infectado por Covid-19, afirman que las actividades sociales y económicas están reducidas al mínimo con la crisis del virus.