Playas de Boca Chica y Juan Dolio estaban ayer repletas de personas. Había muchos niños.
Cientos de personas se recrearon en la playa de Boca Chica el pasado domingo mientras irrespetaban el distanciamiento social, la medida principal para controlar el brote de coronavirus (Covid-19) en República Dominicana.
Los vehículos recreativos estaban ganando popularidad antes de la pandemia. Ahora, al aflojarse las restricciones de viaje, una oleada de viajeros se siente atraída por la relativa soledad que ofrecen los vehículos recreativos.
Cuando Suecia imploró a sus ciudadanos que se distanciaran socialmente, una pareja respondió a ese llamado al deber de una manera poco convencional.
Algunas de las playas que rodean Atenas alcanzaron ya a primeras horas de la mañana su capacidad máxima.
En museos, salas de exposición, cines y teatros, los últimos en la lista de reaperturas en la 'fase dos', se impondrán medidas de distanciamiento e higiene.
Un estudio publicado en la revista Science alerta de que, en ausencia de tratamientos específicos y vacunas, es probable que se necesite cierta distancia social hasta 2022