Editorial 13-02-2019

El desarrollo turístico de la República Dominicana cada día da muestra de un sostenido crecimiento, a simple vista se puede observar cómo ha ido creciendo y dimensionándose el espectro estructural del dinámico sector.

Todo lo que tenemos y podemos mostrar en el orden de la inversión turística es gracia al empeño del gobierno vía el ministerio de Turismo y otras instituciones colindantes así como el interés del sector privado que sin reparos aportan nuevos proyectos, planes y esfuerzos en diferentes partes de su atractiva y pintoresca geografía.

Primero fue Puerto Plata con Playa Dorada, Costa Ambar, Playa Grande, Sosua, Cabarete, el Puerto de Crucero de Maimon y otros puntos locales, que, aunque tuvo un letargo, ya ha vuelto a levantar vuelo, luego siguió La Altagracia con su indetenible avance en Punta Cana, Babaro, Uvero Alto, Macao y otros puntos adyacentes.

En auge está el turismo en Samaná, Romana, Jarabacoa, Constanza, Santo Domingo, Pedernales, Boca Chica y San Pedro de Macoris con Juan Dolio y Cumayasa, pero comienza a despertar con buenas inversiones el turismo de Barahona, Bani, Santiago, Montecristi, Nagua y Miches entre otros puntos donde el turismo local y de extranjeros está sintiéndose con fuerza.

El potencial de la Republica Dominicana está ahí lo aporta la naturaleza misma, pronto ha ido creciendo todo con el esfuerzo del gobierno central y los inversionistas, con el entusiasmo y la alegría que caracteriza al dominicano, con todo eso a nuestro favor nos estamos internacionalizando de forma indetenible. Saludamos este apoteósico momento y celebramos que dure para siempre. Dominicana es el principal destino turístico de la Región. Bendecido país.

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