Por Ellis Pérez

@EllisPerezSr

En el curso de esta semana, los días martes y miércoles, asistí a dos actividades con el tema turístico.  La del martes, fue sobre el tema del Turismo de Salud, organizada por el Dr. Alejandro Cambiaso, líder indiscutido de ese sector, y en la que los Ministros de Turismo y Salud Pública expresaron su amplio respaldo y compromiso con esa especialidad para beneficio del país.

Al día siguiente, el tema fue Regulación del Sector Turístico y su Impacto en la Competitividad.  La moderadora de este panel fue la Licenciada Alba Russo, Directora del departamento legal de Asonahores y los panelistas fueron: los abogados Michel Abreu y Judith Castillo junto al director del departamento de Empresas y Servicios, del Mitur, el Sr. Casquero.  

Las palabras finales en ambas ocasiones correspondieron al Lic. Rafael Paz, director ejecutivo del Consejo Nacional de Competitividad. Rafael Paz ya había ganado buena fama en los tres años que estuvo como vicepresidente ejecutivo del Conep, al servicio del gran empresariado dominicano. Ahora, al pasar al sector público ha venido dando muestras de un estilo no muy común en la mayoría de los funcionarios: Planteamientos de objetivos claros, investigación de los principales factores que deben ser tenidos en cuenta, medición de las realidades del campo y el mercado, el costo que se paga por la falta de efectividad en cada caso, la definición de soluciones específicas para cada situación, el accionar efectivo para lograr la implementación de las soluciones.  

Si consideramos todo lo anterior, en una sociedad que da muestra de poco compromiso, ¿cómo va a lograr los resultados buscados? Una frase favorita suya es: Lo que no se mide no se mejora, hay que medirlo todo.  Otra frase que recalcó en ambas ocasiones es que lo que el país requiere para lograr su competitividad no es un simple cambio de regla, sino, un cambio de cultura.

¿Podrá el Lic. Paz cambiar esa cultura en poco más de un año o un período adicional de cuatro más? Lo dudo.  Aunque sea temprano me atrevo a verlo al estilo de Héctor Valdez Albizu, que sin ser político ha puesto su extraordinaria condición técnico-profesional al servicio del país, a través de diferentes jefes de gobierno.  Ojalá reciba el apoyo que necesita, tanto de las máximas autoridades como de sus colegas colaboradores en el gobierno y los  diversos sectores del ámbito privado.